Familia Bathory
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Preparativos Boda. Mañana del 25 de Enero.

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Preparativos Boda. Mañana del 25 de Enero. Empty Preparativos Boda. Mañana del 25 de Enero.

Mensaje  Lulu Bathory Lun Feb 07, 2011 8:34 pm

Javikeko escribió:Javikeko dormía placidamente, aunque la noche fue movidita. Los nervios casi no le dejaron dormir, sólo cuando ya no pudo aguantar el cansancio. Entonces un rayo de luz paso por la ventana, alguien había abierto las cortinas, era Leonor. El caballero con un ojo abierto la miró y ella gritaba:
- ¡Venga señor que hay muchas cosas por hacer, despiértese; desayune lo que le he traído y vaya quitándose todo para ir vistiéndose, que el día se echa encima!-.

El caballero se levantó como un resorte, sus piernas temblaban y el sabia por que. En ese momento no podía contestar a Leonor y decidió coger un bollo e ir comiéndoselo, necesitaba tranquilizarse. Después de terminar el desayuno le dijo:

- Que nervios tengo Leo, pero a la vez que feliz me siento hoy. Además, el día parece que acompaña- .

Mientras, se terminaba de desvestir y quedarse en calzones, y Leonor seguía metiéndole prisas…
[hrp]
"Mañana del 25 de Enero de 1459, preparativos de la Boda de Lulu Bathory y Javikeko Murino i Valmaseda".[/hrp]
La suave brisa acaricia su rostro y ella se limitaba a cerrar los ojos y respirar profundamente, con parsimonia. Era tanta la paz que sentía que sólo interrumpió aquel estado de serenidad el graznar de una bandada de patos, inmersos en una migración invernal sumamente tardía.

- 25 patos... - Pensó mirándolos alejarse. - 25 ovejas... - Contó al ganado que de repente pastaba cerca de ella. - 25 jinetes que se acercan... y dice "Enero" en ese desproporcionado estandarte que portan. Enero y 25 de muchas cosas. ¡Qué curioso! - Sonrió ante las casualidades. - 25... Enero... ¡La boda! ¡Mi boda!

Se sentó de un salto en la cama y despertó gritando aquella última frase, aterrada. María estaba ya abriendo las cortinas para que fuera desperezándose aunque fue ella misma la que terminó por despertar del todo, por el susto que llevó con el grito de la Bathory.

- ¡El vestido María! ¡El ramo, los zapatos, mis pelos...! - Caminaba de un lado a otro, invadida por los nervios.
--Maria_de_lourdes escribió:Preparativos Boda. Mañana del 25 de Enero. Amadellaveschico

El susto que se llevó con los gritos de Lulu fue inhumano.

- ¡Por el Angel Gabriel! - Se llevó la mano al pecho que parecía saldría volando por la ventana. - ¡Calma Lulu, mi alma! Está todo listo, tranquila. ¿Soy María recordáis? Y estáis en vuestra nueva casa en Segorbe y el vestido y todo está preparado. Incluso, el baño caliente para que vayáis aseándoos y de paso calmándoos un poco.

La tomó del brazo con cariño y sonriendo como a una niña pequeña, la guió por todo lo que había detallado, para que viera que no había nada dejado al azar. Luego la ayudó a desvestirse y salió del aseo. Tenía que estar atenta a la puerta de la casa, por si llegaban las damas de honor, el padrino y a saber cuantos más.
Brynhildr escribió:Esa mañana saltó de la cama como si tuviera un resorte. Si que debía de ser temprano si el rubio aún no había despertado; se deslizó de nuevo bajo las mantas disfrutando de la tibieza de su piel y entre besos y caricias le susurró - las brujas nos vamos a ayudar a vestir a Lulu, recuerda la boda.

Tras besarle nuevamente y a regañadientes, salió de la cama, mirándole con envidia, deseo y tres o cuatro cosas más.

Mientras Fridah la ayudaba a prepararse, no pudo evitar echar la vista atrás recordando cuando conoció a Lulu en Tarragona. Cuantas cosas habían cambiado desde entonces. Sacudía la cabeza a ritmo de los tirones de la alemana cuando los nervios la agarraron de golpe ¡que se casaba la Bathory!
A medio vestir y con Fridah agarrada a sus greñas echó a correr por el pasillo hasta llegar a la habitación de su hermana.

- ¡Nas, nas! - le tironeaba de la manga, articulando varias sílabas ininteligibles e inconexas como de costumbre. Sorprendentemente en ellas, iban bien de tiempo, pero con su tendencia a la catástrofe, más valía ir asegurando.

Tras intercambiarse los vestidos tres veces y decidir que no merecía la pena seguir molestándose en intentar parecer peinadas, finalmente estaban preparadas.

- Al 38 de la Plaza de los Duques, por favor...


No podía dejar de pensar en la responsabilidad de llevar los anillos, mientras tarareaba mentalmente una cancioncilla.
Crimea escribió:La rubia había madrugado, en contra de sus más elementales principios, pero es que la ocasión bien lo merecía. La boda de la dama Bathory y Javikeko, dos personas a las que conocía no hacía mucho pero a las que apreciaba como a pocas personas.

Se había dado un baño sin prisas, e iba a salir a buscar a su nas cuando entró en la habitación como un torbellino. Hasta ese momento la mayor de las Rubiá había logrado mantener la calma, pero con la entrada de su hermana menor comenzaron las carreras, los nervios, los gritos y los intercambios de vestido. Al final la rubia no sabía cual llevaba puesto, pero para el caso eso no era tan importante.

- ¿Lo llevamos todo, nas? - Repetía una y otra vez en el carruaje mientras bajaban a Segorbe, a la casa de la Bathory, y se miraba, y miraba a su hermana, y miraba los paisajes que iban dejando atrás, mientras sonreía y pensaba, precisamente, en qué estarían pensando Lú y Keko para dejarles tal responsabilidad a las Rubiá.
--Leonor escribió:Preparativos Boda. Mañana del 25 de Enero. Leonor

-Pero que haces aun con los calzones puesto, vamos quítatelos y métete en la tina, que vendrá tu madrina y te vera aun sin nada –.

-Javikeko la miraba avergonzado y prosiguió – No me mires así que no me voy a asustar, no eres al único hombre que vi sus vergüenzas. Va quítatelos y métete antes de que el agua se enfríe –

El Murino sin reprochar se quitó los calzones y se metió corriendo en la tina, mientras Leonor hacia la cama y dejaba la ropa del señor colocada sobre ella. Mientras miraba la cama y pensaba entre ella – A ver, medias, pantalones, camisa, fajín, chaqueta y botas- mientras se arrascaba la barbilla: - La capaaaaaa, se me olvidaba, que cabeza, es que los nervios de este chico, me los pega a mi –

Sacó la capa y la colocó a lo ancho de la cama, para que no se arrugase.
Lady_ginebra escribió:Tras la sorpresa que su amado prometido le había dado presentándose sin avisar, la rubia del moño apenas salía de casa. Se pasaba los días en su mundo particular ajena a todo lo que la rodeaba. Disfrutando de la compañía y del tranquilo transcurrir de los días. Hasta que...

-Mi vida, no sabes lo feliz que soy contigo. Doy gracias al altísimo por haberte traído de nuevo a mi vera.- Le decía Ginebra a Argo, quien apoyado sobre un codo en el lecho que ambos compartían, la observaba con una media sonrisa somnolienta en los labios. La luz del amanecer comenzaba a penetrar en la estancia. La rubia se sentía pletórica. Volvió a acomodarse entre los brazos de su eterno prometido y cerró los ojos, dejándose arrullar por la cálida voz del moreno.

-No podía ser de otra manera. Parece que apenas haya transcurrido unas horas, y sin embargo hace ya una semana que nos reencotramos.- Argo notó como Ginebra se tensaba repentinamente.

-¿Una semana? Es decir...- Disimuladamente la rubia apretaba los dedos uno a uno contra su muslo, haciendo un esfuerzo considerable en visualizar los números y traducirlos en días -Hoy...es... 25??- Tras el asentimiento dubitativo y extrañado de Argo, la rubia saltó de la cama, tropezando aparatosamente con un candelabro de pie, afortundamente apagado. Sin pararse a recomponerlo, la siempre enmoñada Rubiá se lanzó de cabeza al aseo más cercano donde trató de poner orden en su melena de recién levantada. Con una mano se tironeaba del pelo, mientras con la otra aferraba un hermoso vestido que le había regalado la novia tiempo atrás y buscaba como loca la apertura por la que adentrarse en él.

-¿Gine? ¿Qué ocurre? ¿Hay algo que deba saber? ¿Es que... me ocultas algo? ¡¡GINEBRA DE LA OLLA I RUBIÁ!!- Argo estaba muy serio, con los brazos en jarras bajo el dintel de la puerta, obstruyendo el paso con su cuerpo.

-Mi amor, esto... ¿no has leído la carta que hay sobre la cómoda? Es una invitación a la boda de Javikeko y Lulu.- La expresión de Argo no cambió un ápice -Por lo que más quieras, ¡¡vístete, deprisa!! Luego me riñes por mi rubiedad irremediable.- Le puso ojitos tristes a los que sabía que su hombretón del norte no podía resistirse y terminó de vestirse a toda prisa.

-Te veo en la capilla. No podemos ir juntos por el momento. Ponte guapo. Lleva arroz. O lentejas. O garbanzos. ¿Qué demonios se lleva a una boda? ¡¡Te quiero!! - Y salió rauda de su casa dispuesta a lanzarse sobre cualquier posible medio de transporte que se cruzase en su camino.

Un rebuzno la hizo pararse en seco. Deseó poder parar el tiempo para evitar lo que sabía que estaba apunto de suceder pero, acuciada por la prisa, se resignó a aceptar su destino.

-Buen hombre, tome estas monedas a cambio de llevarme lo más rápido posible a la calle... Chorlito. No, La calle Borrico. Calle Borrico número 19.- El hombre la miraba extrañado, pero la bolsa que le ofrecía la dama le prometía una noche movidita en el burd... en una taberna respetable. Sin pensarlo más, enlazó las manos a la altura de las rodillas de la rubia y la ayudó a subirse a su burro más veloz.

-Calle Alcornoque, ¡¡voy a por ti!! ¡¡Yiiiiiihaaaaaa!!- Parecía ser que las situaciones extremas aclaraban la mente de una Rubiá.

-Kekooooooo. ¡Ya he llegado! Justo a tiempo para...- La visión de su amigo en paños menores la dejó estupefacta. Justo lo que necesitaba para despertarse del todo. Ambos se miraron incrédulos unos segundos, sin saber qué decir en semejante situación. Una mujer le tiraba insistentemente de la manga, instándola a esperar al novio en el salón, como las visitas educadas.

Abochornada, la mediana de las Rubia se sentó en un cómodo sofá y se quitó con disimulo un rulo de cuero que se había olvidado enmarañado en su pelo. Discretamente, lo escondió bajo un almohadón y se dispuso a esperar pacientemente a que el novio estuviese listo.
Javikeko escribió:El Murino estaba a gusto en la tina, frotándose la espalda, tarareando una canción, escuchaba a Leonor hablar sola, preparando la ropa. Después de un buen rato y casi arrugado de tanto baño, se levantó, gritó: - Leonor, algo para secarme por favor-

En ese preciso instante, se oyó al abrirse la puerta a la Madrina, Ginebra de la Olla i Rubia se encontraba allí: -Kekooooooo. ¡Ya he llegado! Justo a tiempo para...- en eso Keko la miraba estupefacto, si ya estaba aquello arrugado se le quedó más por la situación. Sonrojado echó sus manos a sus vergüenzas, en eso Leonor sacó a la dama un momento de la habitación.

Luego, regresó Leonor con una tela gruesa y se la puso delante, él seguía quieto hasta que su criada le dijo: - Vamos, no me dirás que te avergonzaste por que una dama te vió en semejante situación - .

Después de taparse él contestó: - Si te digo la verdad, contigo me contuve, pero ya esto es el no va más, hoy dos damas me ven en cueros y ninguna de ellas es mi futura esposa – suspiraba y descansaba de la impresión mientras pensaba – Vaya día que llevo, con que colores me voy a presentar en la Capilla-

Mientras tanto Leonor le iba metiendo prisa, mientras le iba dando las piezas que debía de ir colocándose primeramente, el seguía sofocado por el momento.
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Preparativos Boda. Mañana del 25 de Enero. Empty Re: Preparativos Boda. Mañana del 25 de Enero.

Mensaje  Lulu Bathory Sáb Mar 26, 2011 8:43 pm

Relajante en demasía estaba siendo el baño, justo lo que necesitaba aquella mañana. Había pasado del frotarse con esmero a recostarse en la tina y cerrar los ojos apoyando la trasera de la cabeza en el borde. Sus pensamientos entonces, aminoraron la marcha y fueron a coincidir todos en el mismo destino: Javikeko. Su semblante mudó de expresión, dejando atrás el rostro relajado y dando paso a una amplia sonrisa.

- Mi dama, el tiempo no se detiene.

Era María y tenía razón. Lulu abandonó la confortable tina y se envolvió en la gruesa tela que su sirvienta y amiga le alcanzaba. Era el momento de ponerse serios y comenzar el gran ritual de vestir a la novia.

- ¿Las hermanas Rubiá no han llegado? - Y negó con la cabeza María ayudándola a secarse.

Brynhildr escribió:Se le había metido en la cabeza que era tarde. Era difícil que algo penetrara la maraña dorada y más aún que lograra germinar en lo que sea que había debajo, pero cuando una idea lograba instalarse allí, era difícil hacerla salir. Contra toda lógica, el viaje a Segorbe se le estaba haciendo largo.

Asomó medio cuerpo afuera y gritó hacia el pescante, en uno de sus alardes de finura y elegancia

- ¡Oiga! ¿Hace falta que suba yo o cómo va?

Le pareció oir algo sobre una tal Energúmena mientras volvía a introducirse en el interior el carruaje; No si encima el impío este estará encomendándose a alguna santa de esas inventadas, pensaba indignada.

- Verás, verás como al final llegamos tarde - le decía a Crimea en tono agorero. Intentó apaciguar los nervios pensando en los maravillosos vinos que habría en el fiestorro, en la tentación de las bodegas de Mallister, en si en el convite habría gambas...

No pudo evitar una cierta nostalgia cuando finalmente llegaron a Duques de Segorbe, de refilón echó un vistazo a su antigua casita, a la hiedra que tenaz trepaba los muros... y parecía que fue ayer... Bueno, ya lo pensaré mañana, que ahora no da tiempo.

A toda prisa se bajaron del carruaje ante la nueva casa de Lú como dos desaforadas. Tras aporrear la puerta y esperar pacientemente tres o incluso cuatro segundos sin obtener respuesta, la pequeña de las Rubiá agarró firmemente el brazo de su hermana - vamos por detrás, capaz que está la pobrecita perdida en uno de sus armarios, que deben de ser como puertas dimensionales a tenor de lo que son capaces de albergar dentro.

Sonrió al girar el picaporte: eureka.

- Luluuuu - gritaba mientras subía las escaleras de dos en dos - que ya estamos aqu... - la desaprobadora mirada de María la hizo parar en seco, ante una Lulu que tal vez estuviera sorprendida de no ser porque estaba más que habituada a sufrir a las Rubiá.
--Maria_de_lourdes escribió:Preparativos Boda. Mañana del 25 de Enero. Amadellaveschico


La Bathory estaba tan ensimismada que no reparaba en que el tiempo corría. Por suerte, allí estaba María para hacerla volver a la realidad. Logró que saliera del agua con meridiana rapidez y que comenzara a secarse. Mientras la ayudaba, le preguntó por las damas de honor, unas tal Rubiá a las que no había visto en su vida o por lo menos no conocía a nadie con ese apellido.

Negó con la cabeza como respuesta y se acercó a la cama para alcanzarle los impolutos y largos ropajes interiores. Entonces quedó observandola un instante. Era la misma Lulu que años antes contraía nupcias con Pau Claramunt de Sarolea, pero juraría que aunque sabía que se casó enamorada del menestral; no tenía el brillo tan intenso que descubría en su mirada, ni se había puesto tan nerviosa como horas antes.

Un ruido infernal la sacó de sus pensamientos. Una estampida se acercaba a ellas, eso seguro, sólo necesitaba saber qué tipo de animales eran los que se habían colado en casa.

- ¡Ya está! ¡Las vacas del carnicero huyendo de la matanza! - Exclamó yendo hacia la puerta para hacer frente a lo que fuera que se acercaba. - Pero... ¿Hablan? Juraría que han dicho Lulu...

Entonces abrió la puerta del dormitorio y plantó con determinación su cuerpo en medio, impidiendo el paso a unas greñas rubias que terminaban de subir las escaleras de dos en dos.

- No me lo digan. Las Rubiá. - Espetó a la menor de las hermanas con cara de desaprobación, aunque las dejó pasar, después de lograr que moderaran la velocidad de acercamiento a la novia.
Brynhildr escribió:Toda la mismidad de la sirvienta de Lulu les cortaba el paso - No me lo digan. Las Rubiá - asintiendo, hizo una confusa reverencia disimulando una risa infantil. No podía evitarlo, adoraba irritar al servicio, aunque debería dejar esas pueriles costumbres ahora que... Una sonrisa iluminó su rostro - si, aquí estamos - repuso con sencillez.

Finalmente, les cedió el paso. Tras superar el muro de contención que suponía el cuerpo de María, se acercó a Lu tomándola de las manos - hoy es el gran día, Bathory - Jamás la había visto ni más nerviosa ni más hermosa que ese día, había una luz en su mirada... - mi dama, vuestras humildes vasallas están aquí para serviros - le dijo inclinándose ante ella con una sonrisa.
Crimea escribió:- Ya llegamos, ya... – Le decía la mayor de las Rubiá a su hermana pequeña cada minuto escaso, mirando cómo ésta se empeñaba en revolverse dentro del carruaje como si fuera ella quien lo tirara. – Que vamos bien de tiempo, mujer… - Repetía mirando que aún el sol no levantaba demasiado del horizonte, sin mucho convencimiento. Lo que hacía falta era que la Dama Bathory tuviera por damas de honor a dos manojos de nervios, bastante tendría ella con lo suyo. Intentaba tranquilizar a su hermana, pero el efecto fue el contrario, y cuando llegaron a la puerta del hogar de la morena, Cri hubiera estado dispuesta a saltar cualquier verja o ventana susceptible de ser saltada a no ser porque la mente preclara de su nas la empujó hacia la parte de atrás de la casa de Lulú. Es lo que tenía ser la lista de la famigglia, que incluso en los momentos de mayor estrés, el tercio aún funcionaba.

Una vez dentro, corrieron como dos gatos en el Castillo del Águila escaleras arriba, donde Cri imaginó estaría la alcoba de la novia… “no, si al final me piso el vestido y me descuajaringo entera antes de poner un pie en la Capilla”… Pensaba mientras se recogía los bajos y trataba de no perder el paso de su hermana, mucho más ágil en el tema de subir escalones de tres en tres.

Una señora que hacía las veces de barrera, y que las miraba con reproche, les indicó que habían llegado a su destino.

- No me lo digan. Las Rubiá. – Cri la miró intentando descifrar de dónde conocía a la buena mujer, y acabó imitando a su nas en una especie de reverencia, no en vano su hermana tenía más carisma y don de gentes, y donde fueres… Esa parecía ser la contraseña que les dio paso a la alcoba de la Bathory, la morena, reliada en un lienzo tras el baño, las miraba con un brillo en los ojos que hizo sonreír a la rubia, que no contuvo las ganas de darle un fuerte abrazo a Lú. Mejor espachurrarla ahora que cuando estuviera vestida, que aquella osadía podía incluso llevarla a perder los extremidades superiores.

- Y llegó el gran día… - Suspiró - ¿Nerviosa? ¿Por dónde empezamos? ¿Qué hacemos?
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Preparativos Boda. Mañana del 25 de Enero. Empty Re: Preparativos Boda. Mañana del 25 de Enero.

Mensaje  Lulu Bathory Jue Abr 21, 2011 1:51 pm

Los ruidos de lo que María había identificado como vacas huyendo de la matanza, habían logrado confundirla en principio; dejándola ojiplática y con el corazón acelerado. Pero el dato posterior de que dichos animales hablaban la sacó de su estupor. Desde entonces, no quitaba ojo a la sucesión de expresiones de su sirvienta y de paso, disimulaba una sonrisa a punto de convertirse en carcajada en cualquier momento. Sabia que no eran precisamente vacunas las extremidades que azotaban los peldaños de las escaleras.

- ¡Bryn, Cri! ¡Buenos días! - Correspondió a los achuchones y apretones de mano sonriente, con temor de que la tela que la envolvía terminara dejándola con sus encantos al aire, aunque no tenía mayor importancia para ella, estaba entra amigas. - ¿Nerviosa yo? - Con cara de "¿Me tomas por una descontrolada mental?" - María, no te preocupes, puedes irte. - Cambió de tema, en un intento de que su fiel servicio dejara de mirar a las damas de honor como si fueran demonios y las dejara a solas. - ¡Estoy histérica por el amor del Señor! - Reconoció por fín cuando estuvieron únicamente las tres en la estancia. - Se me quiere salir el corazón del pecho, he despertado gritando en mitad de una pesadilla inocua, estoy... Sonrisa bobalicona va y sonrisa tontorrona viene... ¿Por qué será?

Riendo a carcajadas nerviosas se despojó de la tela.

- Bueno, que comience la odisea. Queda la novia a merced de las Rubiá con todo lo que ello conlleva. - Sentenció resplandeciente aunque mentalmente tuvo que agregar: "Dios, espero no arrepentirme de lo que acabo de decir...Alea iacta est"
--Leonor escribió:Preparativos Boda. Mañana del 25 de Enero. Leonor

Leonor sonreía, le hacia gracia la cara del Señor, al menos algo de los nervios habían desaparecido. Mientras le iba dando las cosas a Javikeko: - Tenga calzones nuevos, te dejo aquí también preparadas las medias -.

Esperaba a que el se pusiera las dos primeras prendas, mientras sostenía en el brazo los pantalones. Una vez acabado de ponerse los bajos, se los entrego, como siempre metiéndole prisa – Venga va Señor, que ahora le veo perdido, tenga los pantalones – Leonor seguía con su risa interna, pero mujer de vida, sabia que el rostro del joven también delataba alegría, se le veía feliz, le conocía de poco, pero ella sabia que el esta muy enamorado de la Bathory. Esa cara ya la había visto antes, recordando a su Tristán.

Cuando termino de ponerse los pantalones le dijo: - Esto va tomando forma, se le empieza a ver más guapo, Lulu quedara prendada al verte, tenga la camisa – al Murino se le cambio la cara y empezó a sonreír, las palabras de ella le llegaron dentro.
Brynhildr escribió:- ...Queda la novia a merced de las Rubiá con todo lo que ello conlleva.

- Ea, amén - sentenció la rubia mientras tiraba del lienzo que cubría el cuerpo de la Bathory dejándola cual Venus saliendo del mar. Borla en mano, miraba a su alrededor buscando alguna polvera o algo susceptible de ser entafarrado en el cuerpo de la morena. La cantidad de frascos, potingues y cosas que tenía la dama la hacía sentirse como una desarrapada.

Tras encontrar los polvos de nácar, le pasó un peine a Crimea junto con la cosa esa pringosa que Lulu se echaba al pelo y olía que daban ganas de rechupetearlo, mientras le echaba a la rubia una mirada de "¿crees que si nos echamos esto en las greñas seremos capaces de meter un peine ahí dentro sin perderlo irremediablemente?"

Sacudía con brío la borla sobre la delicada piel de la novia, blanca y hermosa como el alabastro, cuando un olor familiar la hizo arrugar la nariz ¿Manola? pensó mientras olisqueaba el aire ¡Por Aristóteles, creo que estoy empezando a obsesionarme!
Afonso_castro escribió:La puerta estaba cuasi cerrada, al erudito le extrañó un poco pero no le dio importancia. Mientras abría la puerta se presentó a los guardias que normalmente están detrás de las puertas.

Mi nombre es Afonso Cas..... quedándose sin palabras al traspasar el umbral. Allí, delante suyo, había tres mujeres, dos de ellas vestidas sobando a una tercera desnuda completamente, el sueño de toda la vida del erudito. La nariz empezó a chorrearle a borbotones de sangre mientras la tercera pata empezaba a saludar por debajo de sus pantalones. Quisó remediar tal situación con unas palabras, pero su conciencia iba perdiéndose rápidamente, por lo que solo pudo decir unas letras antes de caer desmayado al suelo. P....e....r.....d....ó....n....e....nnnnn y al final de ese "n" se escuchó un tremendo ruido de un peso caído al suelo sin resistencia alguna.
Urania escribió:La de Winter se había levantado esa mañana bien temprano, para poder atender toda la correspondencia que tenía atrasada. Tras la fiesta de ayer, sus invitados, cansados, aún dormían. Se sentó en el escritorio del dormitorio, con cautela, para no despertar a los que aún dormían con los ruidos. Ya desayunaría más tarde: después del atracón del Thorrablot, tampoco es que tuviera hambre. Una a una, fue abriendo cartas. Una petición de audiencia, una carta de presentación, una factura de Vladie. Las fue ordenando según el sello que debería utilizar para contestarlas.

Al final, cubierta por todas las demás, una invitación de boda (otra más, ¿pero qué pasaba últimamente?). Era de la dama Lulu Bathory, ¿no era ella la amiga de Khanigalbat?. Nunca la había visto, pero sabía de ella a través del Heraldo. Qué amable en invitarla. Lamentablemente, no podría viajar a Valencia: esta vez estaba encerrada en Castilla, ¡por ley!. A eso habían recurrido para que no se escapara, qué gente esta.

...............................................................Preparativos Boda. Mañana del 25 de Enero. Blasonleones

Estimada Dama Lulú Bathory, Heraldo Mayor de Valencia,

con alegría he recibido el anuncio de su próximo enlace con el caballero Javikeko Murino. Lamento no poder asistir a la ceremonia, mas otros asuntos me retienen en Castilla. Reciba con esta misiva mis mejores deseos para con los dos: ojalá los dioses les miren hoy con benevolencia, y la bendición de Aengus les acompañe el resto de sus vidas.

Espero que nuestros caminos se crucen algún día, sepan que en Valladolid y en Santillana tienen su casa, si sus creencias les permiten adentrarse en territorio pagano.

Sea la diosa con ustedes en este día de felicidad para ambos.

Urania de Winter
Marquesa de Santillana
Preparativos Boda. Mañana del 25 de Enero. Sellouraniaconrojo

Oyó un gruñido que provenía de entre las sábanas. Tanta precaución, y al final le había despertado. La de Winter dejó la carta con las que deberían ser despachadas ese día, y volvió a la cama. Aún era pronto.
Javikeko escribió:Tomo los calzones, mientras escuchaba a Leonor, una vez tapado el Duende y a buen recaudo, empezó a despertar, Keko lo noto y parece que el también se animo, pensaba en ese momento – ¡Pero por que voy a sentir vergüenza de Ginebra, si para mi es como mi hermana mayor, en teoría ella me ha visto crecer y enamorarme de la dama con la que hoy por fin me caso! – en ese momento su cara se lleno de felicidad, después de ponérselos tomo las medias.

Leonor le metía mas prisas, – Venga va Señor, que ahora le veo perdido, tenga los pantalones – y era verdad, por que empezó a pensar en Lulu Bathory, aquel día en el bosque con ese vestido verde, le agarro los pantalones y se los puso, - Esto va tomando forma, se le empieza a ver más guapo, Lulu quedara prendada al verte, tenga la camisa – le dijo Leonor con una sonrisa.

Al ver a su criada con esa sonrisa y escucharla decir eso el la respondió – Para mi que más prendado quedare yo, cuando la vea entrar por la puerta de la Capilla – sus ojos se empezaron a iluminar, se estaba dando cuenta que el día que era, seria el mas importante de toda su vida.

Después de colocarse la camisa le dijo a Leonor: - Diga a Ginebra que suba, quiero que termine de vestirme ella, quiero que sea la persona que desde ahora me acompañe, hasta el momento que me deje a solas con Lulu – la criada con una sonrisa fue a buscar a la Rubia, para así ella seguir arreglando el baño que había puesto perdido el Señor con el agua….
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Preparativos Boda. Mañana del 25 de Enero. Empty Re: Preparativos Boda. Mañana del 25 de Enero.

Mensaje  Lulu Bathory Jue Abr 21, 2011 2:03 pm

Las Rubiá se estaban empleando a fondo para dejarla cual delicada figura decorativa de porcelana. Los nervios de la Bathory iban calmándose a medida que veía que no la hacían daño, ni la magullaban tal y como había augurado mentalmente, con el alma en vilo. El tratamiento de belleza estaba resultando el bálsamo de serenidad que necesitaba para no acabar estropeando todo con su excesiva euforia y hasta se permitió el lujo de cerrar los ojos y respirar profundamente, mientras aquellos dos pares de manos masajeaban su piel con los unguentos y potingues varios que decoraban la estancia privada de la novia.

Hasta que una frase inconclusa, entonada por una voz con claros signos de vejez precoz, del género "Machus Malolientis", atravesó la habitación, llegando a su delicado sentido auditivo. Lulu quedó con los ojos desorbitados, mirando al intruso, que no sólo se atrevía a no dejar de mirar sus encantos naturales sino que encima, había dado la orden de ponerse firme al solitario soldadito de su entrepierna.

Acompañando al grito que dejó escapar al verlo, iba un frasco de una de las tantas esencias aromáticas que atesoraba la Bathory. Dió de lleno en la cabeza del que pudo identificar como el Rector de la Universidad del reino de Valencia, nada más y nada menos, que el mismísimo Afonso Castro. Luego, no supo si por el golpe o la emoción de ver tantos encantos y curvas tan gratuitamente; el hombre cayó al suelo deletreando una especie de disculpa y con la nariz sangrando; y allí quedó, desmayado.


- ¡El rector me ha visto tal y como vine al mundo! - No salía de su asombro. - Bueno algo más crecidita pero... ¿Dónde está María? ¿Cómo le ha dejado pasar? - Preguntaba a las hermanas sin pretención de que le respondieran. - En fín, mirémoslo por el lado bueno, ahora cuando intente sancionarme en la universidad, le recordaré que estropeó mi ánimo el día de mi boda. - Soltó una carcajada nerviosa, la situación había logrado ponerla histérica de nuevo.
Brynhildr escribió:- Mi nombre es Afonso Cas... - La voz no dejaba lugar a la duda y explicaba el olor vacuno. La rubia puso los ojos en blanco mientras suspiraba, últimamente no había forma de separar al rector de la examante de su esposo. Una sonrisa lasciva afloró a los labios de la pequeña señora de Bournes... iba a tener que emplearse a fondo para consolar a su pobrecito marido.

En esos pensamientos andaba entretenida, en lugar de dedicarse a cubrir los encantos de la Bathory, como si el ilustre rector fuese una Rubiá más, cuando el ruido sordo de un cuerpo que tomaba suelo tras desplomarse la sacó de su ensimismamiento.

Lentamente se acercó al yacente anciano y con suavidad dio con la punta de sus botas en sus costillas, buscando algún tipo de reacción - Oid, que no se mueve... y me da que nos lo hemos cargado, porque está empezando a notársele el rigor mortis entre las piernas - se agachó junto al cuerpo del erudito, dividida entre la preocupación y la curiosidad científica - ahhh ¡respira! ¡¡respira!! - exclamó aliviada al notar un débil movimiento en el pecho del hombre. Tomó uno de los tampones sanitarios de algodón de Lú y se lo encalomó nariz arriba para detener la hemorragia, mientras colocaba la cabeza del rector en su regazo murmurando algo acerca de comerle el alma si se le ocurría llenarle el vestido de sangre.
--Maria_de_lourdes escribió:Preparativos Boda. Mañana del 25 de Enero. Amadellaveschico

Habían llamado a la puerta, era un mensajero con carta para Lulu. Al girarse para subir las escaleras se detuvó asustada. En el piso superior, justamente en la habitación de la novia, una dama había gritado y luego escuchó un golpe como de algo pesado que caía al suelo.

- ¡Ya me desgraciaron a la Bathory las energúmenas estas! - Corrió escaleras arriba. - ¡A ver! ¿Qué habéis hec...? - De una pieza quedó mirando la escena que se desplegaba ante sus ojos.

Por un lado, aquel hombre inconsciente en el suelo y por el otro las tres damas alborotadas, una de ellas, la protagonista del día, con todos sus encantos expuestos. La mirada de las Rubiá cuando entró en la estancia eran amenazadoras y no era para menos. ¿Cómo había logrado colarse aquel caballero sin que ella lo supiera?

- Mi dama, no le ví entrar os lo juro... había llegado un mensajero con esto. - Le entregó la carta a la novia más nerviosa que había visto en su vida. - Imagino que se colaría en ese momento por la puerta trasera. - Explicaba con rostro colorado. No había nada peor que sentirse en evidencia delante de las damas a quienes había mirado con cara de reproche hacía unos instantes. - ¿Qué hacemos con él?
Crimea escribió:Tras el susto inicial de ver a aquel ser mirándolas con los ojos desencajados, la rubia pasó a morderse el labio inferior para no comenzar a carcajearse cuando lo vio caer al suelo como un pelele.

Los gritos de la Bathory la hicieron moverse rápidamente hasta la cama, donde descansaba la ropa interior de la novia, al tiempo que su hermana trataba de dilucidar si el anciano aún respiraba. Tiró la camisa encima de la novia, apurándose a encontrar el agujero por donde debía entrar la cabeza, y dando tirones de un lado y otro, sin saber bien si de lo que tiraba era tela, algún brazo, o la morena melena de Lulú.

- Poraristótelesbendito… - Decía apurándose, y lanzando de vez en cuando algún potingue de los que tenía mano al cuerpo del anciano, por la cosa de que no despertara de nuevo.

- … y me da que nos lo hemos cargado, porque está empezando a notársele el rigor mortis entre las piernas – La rubia se volvió a mirar al Rector, persignándose después y farfullando algo sobre la criatura sin nombre y unos cuantos demonios por orden alfabético. Sin poder casi aguantar la risa, dio un empujón a una anonadada Bathory hasta la cama, metiendo los calzones por sus piernas, pensando que nunca vio a una novia vestirse tan aprisa.

- Guapísima… - Le sonrió – Y sobre todo, tapadita, que parece que hoy tengamos jornada de puertas abiertas en esta alcoba… - Se volvió hasta donde su hermana se afanaba en cortar al hemorragia de la nariz del señor.

- Así que el Rector... - Dijo agachándose y olisqueando al tiempo, sin poder evitar un gesto de aversión - Huele igual que el castillo cuando fuimos a vivir allí... - Con dos dedos, así como con asquito, cogió la mano del erudito y con exagerados movimientos concluyó - Encantada de conoceros...
Lady_ginebra escribió:Balanceándose estaba la rubia en el enorme sofá cuando Leonor, aún mirándola como si fuera una lagartona de tres al cuarto, la instó a subir a la alcoba del novio. Cuando pasó por su lado apunto estuvo de tropezar con un pié aparecido misteriosamente en su camino. Miró fijamente a Leonor, ambas se midieron en una suerte de duelo invisible. -"Esta vez... llame antes de entrar."- Murmuró la sirvienta.

Sin perder un segundo, pues el aburrimiento amenazaba con dejarla dormida en la quietud de la estancia, Ginebra acudió a la llamada de su joven amigo. No podía quitarse de la cabeza la imagen del susodicho en paños menores (más bien sin paños), pero era una mujer adulta, de mundo, curtida en la vida y que no se amedrentaba ante tales visiones.

Tapándose los ojos con una mano entró en la alcoba de Javikeko. -Keeeeeekooo, Ginebrita accediento al interior del recinto. Por favor, ¡abróchese los pantalones!- Dejó escapar una risita infantil algo estúpida. Estaba nerviosa, un poco, casi nada... abominablemente.

Cuando destapó, no sin temor, sus ojos, se quedó boquiabierta por la enorme... elegancia que envolvía a Keko. Estaba guapo a rabiar. Si bien nunca había pasado desapercibido entre las féminas, como bien sabía la rubia, en esta ocasión estaba arrebatador. Olvidándose de las finas y delicadas galas que lucía su amigo, no pudo evitar correr hacia él para achucharlo al modo Rubiá. Una vez besubabeado, le limpió, le recompuso el traje y mirándolo como rubia que mira un ábaco le preguntó:
-"Bueno... ¿y qué más te falta por ponerte?? ¡Vas a parecer una cebolla con tanta capa de tela!
Brynhildr escribió:A ritmo vertiginoso vestía Crimea a la Bathory, podía intuirse la melodía que las acompañaba en su movimiento. La pequeña de las Rubiá seguía paseando la borla con gesto distraído por la cara del rector, mientras esquivaba los objetos contundentes que su adorada dorada lanzaba. Ya casi se le había olvidado que tenían un señor inconsciente entre manos, de tan hipnotizada que estaba por el ritmo frenético de su nas, que la soprendía con su capacidad para hacer varias cosas a la vez.

La elegancia de su nas estrechando, o más bien rozando, los dedillos del hombre la trajo de nuevo a la realidad. Con absoluta delicadeza deslizó la cabeza del viejo hacia el suelo y tomando la jofaina de agua helada que descansaba en la mesa, la vació de golpe sobre su cabeza, aunque con ello estropeara ese maquillaje tan distinguido que le había aplicado casi sin darse cuenta.
Afonso_castro escribió:El anciano comenzó a abrir los ojos con la fría agua en su rostro. Al terminar de abrir los ojos, vio en la habitación a otra dama. Extrañado, confuso, desubicado, dolorido y conmocionado volvió a mirar entorno a él hasta llegar nuevamente a la Bathory. Esta vez por desgracia para él estaba ya medio vestida y con una cara peor que la suya propia.

Donde estoy? es el cielo? o acaso estoy soñando? no, soñando no puede ser, los objetos no duelen tanto en un sueño, pensó. Volvió nuevamente a mirar para descifrar sus preguntas. En el cielo parece que tampoco, ahora las damas andan vestidas. Volvió a mirar de nuevo y siguió sin entender nada...

Señora Bathory, dijo con una mano en la cabeza mientras se incorporaba como podía. Si me hubiera avisado de que esta boda sería nudista me hubiera vestido para tal ocasión. Sin embargo nada me dijo. Es mas... se quedó de nuevo penativo. Que hace usted desnuda en la sala de los invitados?
Javikeko escribió:-Keeeeeekooo, Ginebrita accediento al interior del recinto. Por favor, ¡abróchese los pantalones!- al ver a su querida amiga de esa guisa no pudo contener soltar una risilla, después la vio llegar como caballo desbocado y abriendo sus brazos la achucho también contra el.

Después de basubabeado y arreglarlo le dijo: -"Bueno... ¿y qué más te falta por ponerte?? ¡Vas a parecer una cebolla con tanta capa de tela!

De nuevo soltó una carcajada...
- Si una cebolla de oro y plata, jajá –
Después de la risa, se coloco la chaquetilla, abrocho los botones y dijo a su madrina
– Bueno, ayúdame a ponerme el fajin y después la capa- con un guiño de ojo prosiguió:
- Y solo faltaría, a ver si puede, hacerme un peinado para la ocasión - jijijiji

Después la miro y la dijo: - Quería también agradecerte, todo lo que estas haciendo por mí, te debo mucho desde aquel día que jovenzuelo, me empezaste a enseñar la vida y eres para mí, como esa hermana mayor que nunca he tenido- después con cara de felicidad, Javikeko se quedo quietecito para que Ginebra terminase de vestirle por completo.
--Tristan escribió:
Preparativos Boda. Mañana del 25 de Enero. Tristano

Después de dejar la capilla en condiciones, Tristán llego a la calle del Alcornoque Nº 19 para recoger al Señor y a su Madrina para que no llegasen tarde a la ceremonia.

Bajo del carruaje, corriendo de un salto, casi se cae por las prisas – Jod… casi me mato – pensaba mientras entraba en la casa a toda velocidad.

Leonor le vio todo sofocado y se reía, mientras el la miraba y llegando al escalón - ¡PLOFFF!- Tropezó, su mujer se reía mucho mas, el la miraba ya mas serio: - No te rías, que no estoy para bromas – se levanto corriendo, subio las escaleras, llamo a la puerta y entro:

-Mi Señor, ya estoy aquí, espero no llegar tarde –
miro y vio que le quedaba poco – Uffffff – suspiro en ese instante.

- Bueno, espero abajo en el carruaje mientras terminan- cerro la puerta y bajo. Esta vez sin prisas, al ver a su esposa, se acerco y la susurro: - ¡Que, te pareció gracioso, pues veras cuando vuelva esta noche! – ahora se iba al carruaje el con una sonrisa picara. Leonor quedo perpleja pensando que la reparaba la noche.
Lady_ginebra escribió:Al escuchar las palabras de su amigo, la rubia se quedó al borde de las lágrimas. Cierto era que le tenía un inmenso cariño a ese morenazo desde que lo conociera, algo perdido pero siempre con una gran vitalidad. Un empuje, un temple y una tenacidad que bien le había servido en su vida para llegar al momento en el que estaba.

Parpadeó varias veces para evitar unas lagrimillas y se resistió a la tentación de vabusearlo de nuevo, ya que con tanta humedad, corría el riesgo de que su maquillaje quedara impreso en la impoluta camisa de Keko, haciendo creer a la gente que se trataba de la Sábana Santa y por ahí sí que no. No, no, no. Que un novio vaya vestido a su boda con una sábana era demasiado humillante.

-Ays Keko- consiguió balbucear la emocionada rubia. -Ya sabes que para mí eres esa ovejilla descarriada con quien compartía recetas de cocina de ultramar. Eres como mi hermanito, una persona a la que siempre he querido proteger de todo lo que me era posible. Soy inmensamente feliz por que me hayas elegido para estar hoy aquí, ayudándote antes de la más sagrada de las uniones.- Le tomó la mano y le sonrió con ternura. -Porque te quiero, te advierto, como me llames "hermana mayor" delante de alguien más ¡te ahorcaré con este fajín! ¡Me haces sentir como una vuejuna!

Inexplicablemente, Keko comenzó a reírse. Parecía no tomar en serio la amenaza de la Rubiá. A fin de cuentas, ella tampoco lo hacía. Cogió el fajín y lo ajustó alrededor de la cintura de Keko. Al acercarse a él pudo comprobar lo bien que olía. Sonrió cual hermana mayor que se siente orgullosa de la coquetería varonil de su hermano pequeño. Se giró deprisa, en busca de la capa, para que él no viera cómo de nuevo, la emoción se cebaba con la madrina.
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Preparativos Boda. Mañana del 25 de Enero. Empty Re: Preparativos Boda. Mañana del 25 de Enero.

Mensaje  Lulu Bathory Jue Abr 21, 2011 2:07 pm

La Rubiá primigenia tomó la iniciativa y comenzó a enfundarla a toda prisa en la ropa interior. Aunque con movimientos algo bruscos para el gusto de la Bathory, en el fondo agradecía que lo que hacía la dama. Había llegado un momento en su estado de nerviosismo en el que llegó a pensar que seguía soñando, que aquello más que un sueño era un pesadilla y que terminaría caminando hacia el altar con el ramo de novias y las joyas pero completamente desnuda ante la atónita mirada de invitados, cura y novio.

María y Brynhildr seguían debatiendo qué hacer con el intruso erudito, hasta que la rubia, derramó todo el contenido de una jofaina sobre la cara del ya maltrecho cuarenton ajado.
Lo siguiente fue un monólogo por parte del susodicho, dónde se preguntaba y se respondía a sí mismo, con la mano en la cabeza; parecía que le dolía allí donde las esencias aromáticas de Lulu habían aterrizado.

La Bathory le observaba con cara seria, de espaldas a él, mirando su reflejo en el espejo. Mientras, Crimea tiraba de los cordones del corsé, con uno de sus delicados piés haciendo palanca en el trasero, ya tapado por las blancas y largas enaguas, de la novia. Entonces el rector articuló la mejor frase de toda su ininteligible arenga: "Que hace usted desnuda en la sala de los invitados?"

La morena abrió la boca con asombro, miró por un instante al resto de damas, para ver si habían entendido lo que ella y parecía que sí, tenían todas la misma expresión. Enarcó una ceja, no sabía si reirse, llorar o directamente hacer que María le pateara escaleras abajo; pero lo pensó mejor y desistió, al fín y al cabo, era el Rector y ella una de sus alumnas, las consecuencias podían ser peligrosas.


- ¿Salón de invitados? Eso está en Bétera y os encontráis ahora mismo invadiendo mi habitación de mi casa, en Segorbe. - Aguantó la risa y puso la mayor carga de reproche de la que fue capaz en su rostro. - Así que si no os importa, quiero terminar de vestirme sin ver a vuestro soldadito alegrándose de verme. - Espetó con la esperanza de que el hombre captara la vergonsoza indirecta y abandonara por fín la casa.
Brynhildr escribió:Se encogió de hombros; la situación era bucólica y hermosa, pero ya no había mucho tiempo para pararse a cañicar a las visitas. Ya se ocuparía alguien de guiarle y al fin y al cabo, el carruaje estaba abajo, podía esperarlas allí y llegar todos juntos a Bétera como una extraña familia. Abstrayéndose de todo, agarró el frasco de aceite de almendras y empuñó el cepillo con determinación. La verdad es que tampoco hacía falta demasiado remango, el cepillo se deslizaba por el oscuro cabello de la Bathory como una cabritilla coja por el hielo. Dicen que la envidia es un monstruo de ojos verdes... no, la envidia es una Rubiá que de pronto es consciente de que hay personas que no tienen musarañas, minas y pequeños ecosistemas viviendo en su entorno capilar.

Daba gusto, en poco tiempo, las ondas de cabello negro azabache caían sobre los hombros de Lu en una hermosa cascada.

Se puso frente a ella, contemplándola como debió de contemplar Pithókritos de Rodas a la Victoria de Samotracia - cuando tenía cabeza y eso, claro - Pellizcó sus pómulos para darle un poco de color. A continuación, deslizó en sus delicados lóbulos los pendientes, a juego con el ramo. - La belleza, sin necesidad de valedores, persuade por sí misma los ojos de los hombres* - murmuró mirando a la hermosa novia con una sonrisa.

A continuación, ambas hermanas le pusieron ceremoniosamente el vestido con todo el mimo y cuidado del que eran capaces. Y ahí estaba, radiante y preparada para encaminarse hacia el altar.

*Obviamente, es una de esas frases que Shakespeare se empeñó en copiotearle a la rubia años más tarde, como la de la mancha maldita.
Javikeko escribió: -Ya sabes que para mí eres esa ovejilla descarriada con quien compartía recetas de cocina de ultramar. Eres como mi hermanito, una persona a la que siempre he querido proteger de todo lo que me era posible. Soy inmensamente feliz por que me hayas elegido para estar hoy aquí, ayudándote antes de la más sagrada de las uniones.- Ginebra le decía a Keko, en ese momento le puso el fajin en el cuello: -Porque te quiero, te advierto, como me llames "hermana mayor" delante de alguien más ¡te ahorcaré con este fajín! ¡Me haces sentir como una vuejuna! El sonreía.

Mientras terminaba de vestirle, noto que le apretó el fajin más de la cuenta El Joven agacho la cabeza, como si en teoría le hubiese reñido esa hermana mayor que no tenia, le coloco la capa, le peino como dios manda y así quedo arreglado y listo para marchar.

Poniéndola el brazo la dijo: - Vamonos que ya es la hora, no sea que lleguemos tarde- la dama le tomo del brazo y salieron de la habitación, bajaron las escaleras y allí asombrada estaba Leonor, emocionada, hasta parecía que se le iba a caer una lagrima por la mejilla.

Ya fuera en la calle, cerca del carruaje, abrió la puerta – Suba usted, Ginebra de la Olla i Rubía – subió después el y con una voz firme dijo: - Adelante Tristán, de camino al mejor futuro que me espera- ….


Preparativos Boda. Mañana del 25 de Enero. Tristano

En un grito salio de la boca de Tristán – Arreeeeeee, adelante mis bellos caballos – y Duende en cabeza guiaba a su dueño al futuro esperado por el.
Afonso_castro escribió:Segorbe? dijo el anciano con la cara completamente desencajada. Carcajadas de incredulidad salieron repentinamente de su rostro. Y luego se atreven a llamarme loco a mi!!!! pero donde se ha visto!!!! acompáñeme señora!!! mire, dijo ya en el umbral de la puerta. Ahí están los soldados de Bétera!!!! dijo convencido señalando a dos vacas que estaban cerca de Manola. Ellos me dijeron que la sala de audiencia era aquí!!!! por el amor de Dios!!!!! ya irritado e irremediablemente molesto y enfadado, como iba a dudar yo de los garantes de la seguridad de su palacio!!! y se quedó esperando la respuesta de la dama visiblemente irascible.
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Preparativos Boda. Mañana del 25 de Enero. Empty Re: Preparativos Boda. Mañana del 25 de Enero.

Mensaje  Lulu Bathory Jue Abr 21, 2011 2:10 pm

Desde el umbral de la puerta de la habitación, escuchaba lo que el confundido rector iba contándole y veía lo que le señalaba desde un ventanal cercano. Lulu comenzaba a sentir que el malhumor la dominaba, tenía que terminar de vestirse, seguía en sus largas enaguas y el corsé, pero no la dejaba. Luego, le escuchó referirse a las vacas como los soldados de Bétera y entonces se dió cuenta.

- Si Sr. Rector, tenéis toda la razón. ¡Pero qué soldados tan desvergonzados, gastaros semejante broma! - Miró a las otras damas y las guiñó un ojo para que no les interrumpieran. - Es que los invitados no han llegado aún, están el la Capilla San Jorge de Lydda. - Exclamaba condescendiente a las locuras del de Castro. - Y váis a llegar tarde. Coged vuestra montura y cabalgad veloz buen hombre. Ya nos veremos en la ceremonia.

Guiándole por el hombro fuera de la estancia, hizo señas a María para que terminara de acompañarle fuera de la casa.
Afonso_castro escribió:Por el tono de voz de la Bathory, el de Castro se dio cuenta de que le estaba tomando por tonto. De pronto, una carcaja escuchó desde su posición que provenía del jardín, giró hacia el sonido y lo que vio le enfureció tanto como avergonzado por la dama. Maldita vaca con aires de yegua rascañeó entre dientes, así que ha sido cosa tuya eh...

Girándose avergonzado , se arrodilló ante la dama y se dispuso a disculparse. Mi dama, lamento mucho lo ocurrido, mi maldita montura me la ha jugado sabiendo que su hogar es mas cercano que el castillo a donde debía acudir. No se preocupe, ya no la molesto mas. Buenos pechos... digo.... buenos días tenga. Y bajó hacia la vaca con un palo en la mano, verás tu lo rápida que irás ahora a Bétera estupida vaca. Farfullaba con la mirada del mismisimo demonio en sus ojos
Y por fín, volvían a ser únicamente las rubias y la novia en la habitación. Después de las carcajadas provocadas por el erudito y sus locuras; pudo respirar profundamente y volver a centrarse en ella y las dotes de perfectas damas de honor de las que estaban haciendo gala las hermanas.

- La belleza, sin necesidad de valedores, persuade por sí misma los ojos de los hombres

-Y el que no os crea, que le pregunte al Rector. - Contestó riendo al comentario de su amiga. - Ahora en serio. Gracias por estar aquí - Miró a ambas. - y por tan bellas palabras. - Tomó una mano de cada joven y las apretó con cariño, no se atrevía a dar abrazos efusivos aunque los necesitaba, temía por el vestido.
Luego, se giró hacia el espejo y casi no se reconoce. Era ella sí, y el mismo vestido que se había puesto infinidad de veces durante todo el proceso de confección; pero parecía otra. La tela encajaba mejor en su anatomía, los colores parecían más vivos y limpios, su cabellera caía sobre sus hombros en una preciosa cascada azabache tras el esmerado cepillar de Bryn. Incluso los pendientes parecían brillar más y le conferían un toque resplandeciente a su rostro. ¿O era el brillo de sus ojos? Tomó el ramo entre sus manos y suspiró.


- Es imposible mejorar el resultado... - Las miraba agradecida y emocionada. - En cuanto estéis listas podremos irnos, aunque... - Su rostro cambió de expresión. - ¿Alguien sabe algo del padrino?
--Maria_de_lourdes escribió:Preparativos Boda. Mañana del 25 de Enero. Amadellaveschico

Con cara de felicidad, irrumpió nuevamente en la estancia María.

- Acaba de llegar el mensajero de las urgencias.- Con sonrisa de oreja a oreja. - El padrino ya está esperando en la Capilla mi dama.

Los nervios parecían habérsele contagiado a ella ahora. Se había peinado con esmero, más del que ponía en el día a día; y tras pinchar su dedo con una de las agujas de la tejedora, tintó labios y mejillas con sus gotas de sangre para realzar sus facciones. Luego se cambió de atuendos, llevaba un vestido precioso, obsequio de la novia, por sus tantos años de espléndido servicio y amistad. Aún no se creía que alguien como ella llevara uno de los famosos atuendos confeccionados por la Bathory.

- Para que lo estrenéis en mi enlace, mi querida María. - Le había dicho al entregárselo y la pobre mujer, se había emocionado tanto, que no pudo articular palabra de agradecimiento; sólo lloraba a la vez que reía y la abrazaba.
Brynhildr escribió:- ¡Vamos, que nos casamos! - exclamó la rubia empujando suavemente a su hermana y a Lulu.

Atisbó por la ventana, no fuera que el babieca del cochero se hubiera ido, iba a ser lo que les faltaba. No, ahí estaba, con el gorro calado hasta las cejas, seguramente durmiendo en el pescante el muy... Necesitamos un cochero nuevo como el comer, pensaba mientras bajaban las escaleras, hasta Alfred tiene más sangre que este tipo.

- ¡Eh, bella durmiente! - exclamó tras quitarle la fusta de las manos a un dormidísimo cochero y darle con ella en el muslo - a San Jorge de Lydda y dáos brío, por Aristóteles!

Se tomaron su tiempo para instalarse en el carruaje con cuidado de no estropear el vestido, el ramo o la propia mismidad física de la novia.
Finalmente estaban camino de Bétera ¡y sin percances!
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