[RP] Amanecer en El Serradall.

Brynhildr escribió:Pasaban los días y las noticias llegaban con cuentagotas... y las que llegaban no eran muy prometedoras. La rubia recordaba la primera vez que visitó Castellón; aquella ciudad alegre y bulliciosa la había conquistado. Tiempo después, fue otro acontecimiento feliz el que la llevó hacia la bella Castellón, pero ahora... La apenaba ver la ciudad así, aunque dadas las circunstancias, no era de extrañar.

Esa mañana recibieron noticias: tenían el día libre. Tendría que hacer algo para tratar de retomar la "normalidad" a pesar de la situación o se volvería completamente loca. Aunque con poco convencimiento, se dispuso a organizar algo de comida. Tal vez podrían llegarse al Serradall y comer en la playa. Mientras lo hacía, pensaba en qué excusa podría inventarse para conseguir separar al rubio de los papeles y llevárselo a la playa.

Tras una visita al mercado, volvió al Rincón de las Mosqueteras, donde se alojaban y subió de dos en dos las escaleras hasta llegar a la habitación que ocupaba Crimea.
Llamó a la puerta y se le llenó la boca de sonrisa al ver al otro lado las doradas greñas de su nastra...
- ...total, hay que comer igual, lo mismo nos da hacerlo en El Serradall que en la posada - dijo de forma inconexa, con su habitual costumbre de creer que la gente entendía lo que quería decir, aunque sólo articulara en voz alta la mitad de la frase. - y podríamos recoger a Gaby también y a ver a quien nos vamos encontrando, la verdad es que echo tanto de menos una buena reunión, que he comprado comida para un regimiento.

Crimea escribió:Trataba de domar sus greñas doradas frente al pequeño espejo que había en la habitación. Cosa que era, por supuesto, misión imposible, lo que hacía que la rubia refunfuñara a solas en la habitación y se acrecentara el mal humor que la acompañaba desde días atrás.

Mientras maldecía su cabellera, pensaba en qué hacer con el tiempo que se les había concedido ese día. No tenía planes, tampoco tenía ganas de hacerlos, miró por la ventana, se volvió al espejo y se dio cuenta que tenía que agradecer que ese día estaría lejos de la locura del campamento y de las guardias en las murallas. Siguió gruñendo un rato, más por costumbre que por ganas, intentando recoger mechones de aquí y de allá para poder juntarlos en un moño mínimamente decente.

Hasta que entró el remolino de su hermana menor lanzando frases a diestro y siniestro. Cri había desarrollado una habilidad especial para enlazar esas frases y completar al mismo tiempo los huecos que iba dejando mientras hablaba.

Dos palabras se le quedaron en la cabeza de todo lo que escuchó. Serradall y comida, ni tenía capacidad su tercio de neurona para retener más ni falta que le hacía, con eso era más que suficiente. Tiró el inutil peine encima de la cama, y echándose la capa sobre los hombros dio un leve empujón a su nastra.
- No sé cómo haces para convencerme siempre... - Le decía mientras ambas saltaban de dos en dos los escalones. Seguramente algo tendría que ver que los planes de su hermana siempre incluían comida y bebida, cosas de los genes...

Brynhildr escribió:Sonriendo ante el empujoncillo remolonero de Cri, salió disparada hacia sus habitaciones. Ducce ya había salido, así que arrancó una de las hojas de piel de becerro de su diario y le dejó una esquela

Amor mío:
Las brujas nos hemos ido de aquelarre a la playa. Serías un encanto si sacaras la cabeza de los informes y te vinieras a comer.

Tuya,

Bryn.

- Hala, ahora si - dijo sonriente, siguiendo a Crimea.

Gabicitas escribió:Gabicitas estab algo aburrida en su casa ... los dias se le habian hecho muy largos , cuando escuha la llegada de sus tias adoradas .... y escuchaba tambien de que hablaban de comida .....mmm pensaba a caso se trajeron la comida del ejercito ?¿?¡'......
Cuando al ver por la ventana las ve con muchas cosas ,... se puso lo primero que encontro y corrio a ayudarlas...

Sobrinaa te hemos venido a recoger para una dia picnic en la playa

Tras escuhar eso entro a su casa saco al caballo y el carruaje (ya muy viejo.. pero siempre sirve) y les dijo pomgamos las cosas aqui ... mientras veia que ne su maletin no falte el hilo de pesxar, la parrila y la leña

Brynhildr escribió:Iban cotorreando alegres las tres rubias en el destartalado carro. No se sabía como se las apañaba Gaby para constituir siempre un soplo de aire fresco que conseguía animar el ambiente.

Reian y saltaban con el traqueteo de aquel vejestorio de trasto
- ¿Es..ta carra...ca es segu...ra, Gab..y? - trataba de articular la rubia con las mejillas arreboladas por la risa.
Como respondiendo a su pregunta, algo hizo "crack". Se miraron unas a otras... ese crujido no presagiaba nada bueno. A continuación, el carro escoró y las tres rodaron por el suelo, precedidas por la rueda que se había salido del eje.

Josedre escribió:Corriendo por un camino paralelo a la playa de Castellón se encontraba Josedre, tenía que entrenarse duro, ya que había perdido mucha forma física por los meses pasados al cuidado de los monjes, le sonaba la respiracion fuerte y escuchaba cada sonido de sus pisadas sobre el duro suelo del camino de tierra.. siguio corriendo otro poco y a lo lejos divisó un carro torcido, al que le faltaba una rueda y tres bellas damas tiradas por el suelo...

Continuo corriendo los pocos estadales de distancia que le quedaban para llegar a las damas.
- ¿Les puedo ayudar... -respiro- en algo señoritas? - Se notaba ya el tiempo que llevaba corriendo y casi no podia hablar..

Sin esperar respuesta alguna Josedre ayudo a levantarse a las damas del suelo y comprobó que ninguna había sufrido ningun rasguño, al parecer habian caido de costado y por eso no había sido tan fuerte el golpe.

- Por lo que veo al parecer.. han perdido una rueda.. - Ya iba respirando con mas normalidad, y se dió cuenta de que la rueda estaba a escasos pies de allí.. así que se puso a repararla.

- ¡Podriamos haberlo hecho solas perfectamente! - Dijo Crimea cuando Josedre termino de poner la rueda en el carro y este solto una pequeña carcajada por su respuesta.

Crimea escribió:Tras recoger a la siempre dulce Gabi, las tres mujeres montaron en el carromato, por llamar a aquel cachivache con el nombre de lo que alguna vez fue, y alegremente salieron camino de la Playa del Serradall. A medida que avanzaban, la rubia notaba el viento en su cara y el olor a mar, y reía junto a su nas y la pequeña Gabi (vale, de acuerdo en que ya había crecido un poco, pero seguía siendo pequeña para ella).

Pero como estaba mandado, el hecho de que dos Rubiá se juntaran en el mismo lugar siempre tenía una consecuencia imprevista e inusual. Cri ni siquiera tuvo tiempo de reaccionar, en un plis estaba tirada en el suelo con una col encima de la pierna y la cesta donde su nas siempre llevaba la empanada cerca de su cabeza. Con los ojos muy abiertos observó que la cesta milagrosamente seguía cerrada, por lo que la empanada estaba a salvo. Loado fuese el Altísimo.

Se incorporó un poco para ver si tenía todo en el lugar del cuerpo que correspondía, y tras ver que no le faltaba ninguna parte importante, miró rededor para ver si su nas y Gabi estaban enteras. Eso parecía.

- ¿Por quéee? - Se lamentó antes de ver a un nutrido grupo de parroquianos acercarse al lugar de los hechos.

- Eso va a ser del eje... - Decía uno.

- Pues pá mí que se le ha fallado la tracción del burro...

Estaba dispuesta a refunfuñar de nuevo y maldecir por todo lo maldecible, cuando se les acercó un hombre que venía corriendo... a juzgar por su aspecto, desde Denia. Cri creyó reconocerlo, una vez incorporada, se sacudió un poco los restos de polvo y de coles de la ropa, se recolocó la camisa, intentó a duras penas que los mechones de su pelo volvieran a donde los pusiera hacía escaso tiempo, y llevada por mil diablos, observó cómo el buen samaritano volvía a poner la rueda en el eje de nuevo.

- ¡Podriamos haberlo hecho solas perfectamente! - Concluyó, como gran gruñido final. Luego buscó a su dorada con la mirada. - ¿Y tú por qué traes coles a la playa?

Brynhildr escribió:Tras rodar un poco, se quedó sentada sobre su propia mismidad un tanto confundida. Cri y Gaby parecian estar bien. Un nutrido grupo de mirones (por numeroso, que no por gordo) contemplaba la escena. Al primero que mencione la junta de culata, le hago comer la rueda, pensaba la greñuda, ya podían haberse acercado a ver si coleábamos.

Se puso en pie, sacudiéndose el polvo del pandero y tironeando de Gaby con la mano libre.

Antes de que pudiera darse cuenta, Cri estaba increpando al único que se había acercado a ayudarlas.

- Ahí, ahí, nas, que se vea esa diplomacia.

Se acercó al muchacho que se afanaba en colocar la rueda en su lugar original y estaba a punto de darle las gracias cuando Crimea guió su atención hacia la col que estaba tirada entre las cestas de mimbre, como mudo testimonio del arrebato consumista mañanero.

La rubia se encogió de hombros - El caso es que no recuerdo haberla comprado... ¿vendría de regalo con la botella de Col 'o' cón? - miraba la extraña verdura - en el peor de los casos, seguro que encontramos algo que hacer con ella - añadió cogiéndola del suelo y lanzándosela a Crimea.

De nuevo volvió su atención a su improvisado salvador ¡pero si era Josedre!
- Si consigues que este trasto nos lleve hasta el Serradall, te invitamos a comer como celebración de no-cumpleaños - le dijo sonriente.

Josedre escribió: Arreglando la rueda, Josedre, no escuchaba mas que los murmullos de los mirones y a las dos hermanas Rubiá riñendo a sus espaldas por el origen de una col... puso la rueda y la enganchó bien del eje para que no se escapara otra vez, el carruaje no parecia muy estable pero supuso que aguantaría otro poco mas.

Al terminar de reparar la rueda, se le acercó una de las hermanas... las cuales habian terminado de reñir.
- Si consigues que este trasto nos lleve hasta el Serrall, te invitamos a comer como celebración de no-cumpleaños. - Le dijo sonriente a Josedre.
- ¡Pero bueno!, si que corre rapido la noticia ¿no? No se como os habréis enterado.. pero bueno intentaré hacer mover a este carro... ck]]- Josedre ayudo a las damas a subirse de nuevo al carruaje y el se acercó al caballo.

El caballo estaba un poco nervioso, pero él sabía como tranquilizarlo, le acaricio el cuello con su mano y el caballo dejo de estar tenso, luego le dió unas palmaditas en la tripa y se dispuso a tomar las riendas sentandose en la parte exterior del carruaje.
- [i]Bueno señoritas.., ¡Arrancamos! -gritó Josedre para que lo escucharan- ¡Arre! - El caballo empezó a moverse con un ligero trote hasta que empezó a tomar velocidad poco a poco y se empezaron a alejar del grupo de mirones que se había quedado en el camino.

De camino a la playa se encontró con algún conocido al que saludaba levantándose el sombrero sobre la marcha..

En poco tiempo llegaron a la playa, y Josedre hizo parar el carruaje, se bajó de un brinco y fue directo a abrir la puerta de las damas:
- Bienvenidas a Serradall, playa de Castellón - Josedre empezo a ayudar a bajar a una por una a las hermanas Rubiá y por ultimo a Gabicitas.

Gabicitas escribió:Despues de la caidota .... Gabicitas se asusto mucho .. mendigo carruaje sabia que estabas viejo pero no era para tanto..... Tras pararce con la ayuda de su tia ... vio como un hombre se acercaba y nos ayudaba ... y al acercarse a el para agradecerl el gesto ... esucho lo que Cri le decia .... sonrio un poquieto y espero que terminara... para agradecer el gento amable

Gracias por tu ayuda Josedre.... y tras escuchar lo que su tia le decia tambien intento converserle pero para ir si o si a la payita..

Al ver que Josedre termino dar el ultimo toque al carruaje .. cogio del brazo a su tia ya a Cri diciendo...

Porfinnn de Picniccccy subio al carruaje

Brynhildr escribió: - ¡Pero bueno!, si que corre rapido la noticia ¿no? No se como os habréis enterado.. pero bueno intentaré hacer mover a este carro... - decía Jose mientras las ayudaba a subirse de nuevo a aquel trasto infernal.

La rubia reía por lo bajo, sin intenciones de confesar que la noche anterior, en la taberna, había cotilleado por encima del hombro de Josedre cierta cartita.

Finalmente, consiguieron llegar a la playa sin más contratiempos. El día era agradable a pesar de las alturas del año en que se encontraban. El sol no calentaba en exceso y la brisa marina resultaba vivificante.

Dispusieron un par de mantas en el suelo y sacaron los bártulos. La de Olocau se acomodó en la arena apoyando la cabecita en el hombro de Crimea ¡la había echado tanto de menos!

Brynhildr escribió:Estaba ya casi a punto de ronronear cuando le pareció que una figura femenina se acercaba hacia ellos. Se puso la mano sobre la frente tratando de hacer visera y achicó los ojos

- ¡Pero qué ven mis ojos! ¿Vais a poner un mercado en la playa?

No veía ni gota, pero reconoció la voz - ¡Dama Lulu! - exclamó. Había conocido a la morena tiempo atrás, cuando aún vivía en Tarragona y ésta le ofreció su compañía para viajar de forma segura hasta Valencia. Finalmente los planes se habían ido torciendo y no pudieron compartir viaje, pero desde entonces la dama no había dejado de mostrarse amable y hospitalaria. - En realidad creo que esto es una especie de pequeña reunión improvisada ¿querrá comer con nosotros? - continuó, invitándola a sentarse.

Josedre escribió:Ya habían llegado a su destino, la playa, Josedre empezo a atacar el caballo a un palo de madera que había mientras que las damas empezaban a bajar con el mantel por las arenas hasta acercarse un poco al agua y empezar a montar el picnic...

Josedre las miraba desde el carro, todas habían salido disparadas y ya estaban sentdas, además veia a lo lejos que se les había añadido Lulu a la conversación.

- ¡Pero bueno! - Josedre hechó un vistazo al carro y estaba lleno de cestas, comida, había una col, unos cuantos bolsos... - Esto es increible ¿Pretenden que lo lleve yo todo? - Josedre empezo a coger cosas hasta tal punto que no veía por donde pisaba y se fue acercando poco a poco hasta el grupo, donde dejó todos los trastos que llevaba con un ruido seco.

- Bueno... creo que ya esta todo... - Josedre mira a Crimea que le hace un gesto moviendo la muñeca indicandole que sí, que estaba todo.

- ¿Nadie se viene a bañarse? - Las chicas le pusieron una cara de asco que decidio irse el solo- Pues peor para vosotros porque os vais a mojar igual... - empezó a correr hasta la orilla, mientras corria escuchó que empezaban a hablar "Pero contadme Bryn. ¿Puedo llamaros Bryn?"

Crimea escribió:Ni bien llegaron a la playa la rubia dio un salto del carro y salió corriendo por la arena recogiendo un poco sus faldas para no caer de cabeza y evolucionar a croqueta. Con la caída y el traqueteo del carro se le había soltado el pelo e iba detrás de Gabi sorteando las olas que rompían en la orilla, evitando que se mojaran sus botas.

Después de un par de minutos de saltos y risas, se dirigió a donde su nastri había plantado el campamento y miró a Josedre, que iba cargado con todas las cosas hacia el mismo lugar... "Uis, lo hemos dejado solo con el cargamento de tres mujeres... contento tiene que estar..."Se tiró sobre la manta mientras su nas apoyaba la cabeza sobre su hombro, sonrió con dulzura a esas greñitas rubias. Suspiró pensando en Genevita, por una parte le gustaría que estuviera allí, y poder compartir con ella momentos como aquel, pero sabía que estaría a salvo en Segorbe si cualquier cosa llegara a pasar. Sacudió la cabeza al tiempo que una dama se acercaba hasta donde estaban, creyó reconocerla de alguna estadía en la capital, pero no pudo recordar su nombre, no hasta que su nas se levantó rauda.

- ¡Dama Lulu! - La Rubiá primigenia recordó entonces con claridad a la mujer, y se levantó a la par sonriéndole a modo de saludo.

Un ruido le hizo volver la mirada...

- Aish, la empanada... - Pensó en voz alta mirando cómo Josedre soltaba las cosas y salía corriendo hacia el agua mientras gritaba algo sobre mojarse, o mojarlas, o vaya a saber qué... La rubia se volvió a sentar sobre la manta y mientras su nastri hablaba con la recién llegada, se fue desatando las botas, quitándoselas y dejándolas a mano, que nunca se sabía cuando iba a aparecer su cuñado por allí...

Brynhildr escribió:- Pero contadme Bryn. ¿Puedo llamaros Bryn? - preguntaba la dama - Por supuesto - sonrió la rubia - así es como suelen llamarme los amigos. - Comenzaron a charlar, poniéndose al día la una a la otra desde aquel día ya lejano en que se vieran por última vez en una taberna segorbina.

Mientras charlaban, no pudo evitar seguir con el rabillo del ojo los movimientos de Josedre y se ruborizó al darse cuenta de que las tres habían corrido a acomodarse, dejándole a él descargar el carro. Bueno, tampoco le vendrá mal entrenarse un poco, por si los duelos. Al rato estaba diciéndoles algo sobre que iban a mojarse. La rubia miró el cielo despejado y no vio muchas probabilidades de lluvia, pero como tampoco entendía mucho de esas cosas, optó por encogerse de hombros.

Tomó el pellejo de vino y sirvió una escudilla para Lulu, otra para Gaby y otra para Crimea y de nuevo se sentó, entrecerrando los ojos y disfrutando del arrullo del mar.

Brynhildr escribió:- ¡Ahhh soule! tal vez sea eso lo que podemos hacer con esa especie de cosa - asentía la rubia tratando de dirimir si en algún momento había llegado a entender las reglas de ese juego y simplemente las había olvidado, o si nunca había llegado a comprenderlo.

La llegada de un jinete la sacó de sus disquisiciones. Traía un sobre para Lulu. La dama no pareció acogerlo con gran ilusión... no pudo evitar mirarla con intriga.

- Un poco más de vino Bryn por favor - pidió la dama con gesto meditabundo.

Se aprestó a llenar la escudilla de la valenciana, contenta de tener algo en que ocuparse para dejar de mirarla de forma inquisitiva. Últimamente sus modales estaban dejando mucho que desear, o aún más que desear, según se mirase. Suspiró; al final tendría que acabar usando el libro que le había prestado Draco para algo más que para calzar la cómoda de la habitación de la posada... era una lástima, porque la cómoda cojeaba y el libro tenía el grosor ideal y por otra parte... lo había ojeado por encima y no tenía ni un triste dibujo, todo eran letras y más letras apretujadas, pero en teoría, si conseguía interiorizarlo, se convertiría en una damita bien educada.

Miró de nuevo a Lulu, con preocupación esta vez. Realmente deseaba que esa nota no contuviera malas noticias.

Gabicitas escribió: Tras sentior la brisa del viento en su rostro y al ver a Cri cri.. recuerdos muy hermosos venian asu mente ... esos dias aquellos e que vio a su madre por primera vez sin saber que lo era... unas lagrimas empezaron a deslizar por su rostro y tras escuchar a Cri cri . reacciono y sonrio limpiandose el rostro sin que nadie se dea cuenta.... y empezo a ver como las olas rompian tras las rocas ... y al ver a cri desconcentrada le dijo :
Mira miraa ahi una foca!!! una foca!!! y se agacho para mojarla y salir huyendo despues ... pero justo en el instante que iba hacer su travesura escucharon el sonido de la botella de vino y Cri volteo y le dijo...
No he visto a la foca ¬¬ y mirabdo su rostro y sin saber que decir ... le contesto..
Bryn abroi ya la botella de vino vamos antes que se la acaben ^^ ... y fueron por sus vasos cuando vieron que Lulu ya andaba por el segusndo y penso (justo a tiempo) jijiji

Brynhildr escribió:- ¡Será por ánimo! - dijo poniéndose en pie - Veamos... hay que patear la cosa esa desde un lugar hasta devolverla a... ¿algún otro lugar? En realidad, lo único que tenía claro era lo de los pateos, pero pensaba disimular como la que más. Mientras trataba de poner cara de experta (que curiosamente, se asemejaba sospechosamente a la cara de "ya estaba así cuando llegué"), se deshizo de la hopalanda, haciendo con ella un ovillo y lanzándola a sus pies y haciendo lo propio con el cuello; si iba a tocar perseguir a una verdura rodadora, iría más comoda con el bombacho y la camisa.

Crimea escribió:Se había deslizado disimuladamente hasta acabar tumbada sobre la manta, con los ojillos cerrados, pensando en las horas que había pasado así en el jardín del Águila bajo los árboles aquel caluroso verano. La rasca que corría en aquella época en la playa del Serradall y el ruido de las olas rompiendo en la orilla no le hacían mucho favor en eso de dejar volar su imaginación para creerse tumbada en un jardín en agosto, pero no sería por falta de voluntad.

Seguía la conversación de su hermana, Gabi y la Dama Lulu mientras se hacía un ovillito intentando olvidar el por qué de su estancia en Castellón. La palabra soule la hizo abrir un ojillo, y la palabra col, el otro.

- Uis que buena idea... - Se incorporó en un rápido movimiento, recordando sus años mozos, en los que había jugado a soule con las Panteras de Segorbe, o al menos lo había intentado, que jugar era mucho decir para describir el trote de la Rubiá y la persecución de la pelota por el campo. - Vamos allá... - Dijo siguiendo a su hermana. Se remangó la falda haciéndose un nudo y se quitó la capa, dejando el cinto con la espada que siempre la acompañaba sobre una de las mantas. Recogió la verdura y se la tiró a su nas mientras corría haciendo círculos alrededor de ella.

- La regla es.. ¡que no hay reglas!- Se lo pensó durante unos segundos para añadir - No vale tirar harina a los ojos, eso si...

Brynhildr escribió:Sacó las manitas del petate con carita triste al oir esa incómoda regla sobre la harina y miró a la verdura que Crimea había lanzado a sus pies Entonces de tirar arena, ni hablamos, pensó. Con un suspiro de resignación, se dispuso a darle una buena patada a la col; pensó, en un principio, intentar la catapulta infernal de las gemelas Rubiá, pero luego se dio cuenta de que no estaba la cosa para virguerías precisamente (y por cosa se refería a sus habilidades motrices) y se conformó con chutar la verdura sin perder el equilibrio y caer en el intento antes de recibir un placaje.

Pateó la col y contempló con sonrisa bobalicona como se elevaba en el aire. Subía y subía con un movimiento grácil... hasta aterrizar en la cabeza de un hombre que pescaba pacíficamente en la orilla - nas ¿eso da puntos? - preguntó girando la cabeza hacia su hermana que se limitaba a reir y hacerse la disimulada.

Encogiéndose de hombros, se acercó al pescador con su mejor carita de rubiecita desvalida y canturreando una antigua tonada que había aprendido en playas catalanas de pequeñita, mientras confiaba en que el hombre tuviera algo de paciencia y no le metiera la col hasta el píloro en justa venganza.

--Chanquete escribió:- Pican, pican los siluros – cantaba el viejo mientras lanzaba el hilo – pican con gran disimulo; unos pican el anzuelo y otros pican en el cu… ¡¡blamm!! Un golpe en la cepa de la oreja le hizo perder la concentración, la presa y el aparejo.

- ¡Por las barbas de Poseidón! – gritó, sorprendido y furioso. Giró la cabeza a diestra y siniestra buscando el origen del golpetazo y resopló a ver a sus pies una col. Miró sorprendido hacia el cielo balbuceando palabras confusas.
Una joven damita que a fé suya no debía de haber visto un peine en su vida se acercaba a él con gesto compungido. Seguramente la muchacha se acercaba a interesarse por su estado tras presenciar el golpe…

- Me encuentro bien, no os preocupéis, mi dama - dijo el vejete con un gesto de galantería.

La rubia se mordió bien fuerte el labio a fin de aguantar la risa ante el vejete que se rascaba la nuca mientras trataba de hacer una confusa reverencia...

- ¡No, no, buen hombre, no vaya a ser que se descoyunte, tése quieto! - dijo mientras se agachaba a recoger la maltrecha verdura.

- ¡Por Escila y Caribdis! ¿es vuestro ese repollo? Maldita juventud buena para nada que no tiene más afán que el de molestar a sus mayores ¡a picar piedra os ponía yo! ¡o a picar oro en las minas de Játiva y Valencia, al menos así serviríais para algo!

Siguió un rato con su perorata, aunque su interlocutora había salido huyendo como alma que lleva el diablo con la col debajo del brazo.

Crimea escribió:Como a cámara lenta, la rubia seguió con la vista la parábola de la verdura voladora. Era de recibo, que a pesar de lo extenso de la playa, el improvisado balón no podía acabar en la arena... si había alguna cabeza en los alrededores (tómese alrededores desde Castellón hasta Tortosa), la col se iba a sentir irremediablemente atraída hacia ella.

- Nas ¿eso da puntos? - Escuchó decir a su hermana. No podía quitar la vista de la verdura, de pronto le había entrado la típica risa floja Rubiá, que amenazaba con hacerse carcajadas de un momento a otro.

- Si... si... - Dijo distraida mientras observaba la cara del viejo pescador mirando al cielo - ¡Parece que llueve, buen hombre! - Gritó mientras veía a su hermana poner la mejor de sus caras de inocencia y rescatar el balón poniendo en riesgo su integridad física y moral. Cuando llegó su nas, Cri ya estaba tirada en la arena, con el rostro rojo de aguantar la risa, y unas lagrimillas asomando a sus ojos. Se levantó a duras penas de la arena y miró a su hermana con complicidad, en su cabeza se estaban formando planes maquiavélicos que tenían que ver con harina, coles y menestras.

Brynhildr escribió:Llegó riendo y con las mejillas coloradas por la carrera. Tras tirar la verdura de la discordia a los pies de su nastra, se dejó caer en toda su mismidad sobre la arena, deslizando los dorados granos entre sus dedos.

No pudo evitar un nuevo acceso de risa ante los intentos de Lulu por salvaguardar la misteriosa nota que le había sido entregada.

Dirigió una soñadora mirada al horizonte. El mar... - Algún día - se decía la rubia - algún día.

Mientras estiraba la mano hacia la empanada se dio cuenta de que les faltaba un miembro del grupo

- ¿Josedre aún sigue en el agua? ¿estará bien?

Crimea escribió:... Anda, pues si que está lloviendo... Pensó la rubia al notar cómo se empapaban sus greñitas. Miró al cielo, y levantó una ceja (bueno, más aún de lo que ya estaban) al verlo despejado, abrió la boca y no tuvo tiempo de preguntarse qué diablos estaba pasando. La solución al misterio le vino en forma de manotazos en su cabeza.

- ¡Discul... pád... me... por Di... os! -Cada una de las sílabas estaba acompañada de algún manotazo y varias carcajadas.

- ¡Os disculpo! ¡os disculpo! Sea lo que sea que hayáis hecho... pero dejad de ... - Dijo la rubia mientras escupía una de sus greñas, que había acabado en su boca entre los intentos de Lulú de secar su cabello y los de la rubia por hablar e intentar coger aire mientras le hacían un cambio look. - Ouchs... -Al final había ocurrido lo normal, la mano de la dama se había enredado en su sedoso pelo, al tiempo que la veía escupir restos de col y vino, reír, toser e intentar limpiarse el escote. Cómo se notaba que era morena, qué capacidad para hacer más de una cosa a la vez.

- ¡Nas! - Gritó a su hermana - Deja de rebozarte en la arena y échanos una mano, anda, preciosa, bonita...

Brynhildr escribió:Al grito de "Naaas" su mano quedó en suspenso a medio camino hacia la empanada ¿Qué demonios pasaba últimamente que no había forma de dedicarse al condumio con tranquilidad? Al levantar la vista de las viandas se encontró con Crimea y Lulu jugando a vaya Aristóteles a saber qué. Parecía que Lu la regreñaba, más si cabe y Cri solicitaba ayuda para continuar con el extraño juego.

La rubia se encogió de hombros; "donde fueres, haz lo que vieres", se dijo mientras se metía en la boca un gran trozo de empanada y se acercaba a las damas. Mientras masticaba a dos carrillos al más puro estilo hámster, agarró con una de sus manos los cabellos de Lulu y con la otra las familiares greñas de su hermana.

- Gronfg naftra - decía intentando tragar o hacerse entender a través de las migas, lo que sucediera antes - mira que pelof máf fuavef tiene Lulu - mientras frotaba y refrotaba los cabellos de la soprendida Lulu, preguntándose cómo diantres se apañaría para conseguir que una mano pudiera deslizarse con suavidad por ellos sin quedar irremediablemente anclada dentro, trataba de sacudir las miguitas de empanada que salían despedidas de su boca.

Consiguió deglutir el ambicioso bocado en el momento más oportuno, ya que una enorme carcajada le sobrevino al observar el pelo de Lulu, que había pasado de un hermoso tono azabache cual ala de cuervo, a un hermoso tono azabache salpicado de migas cual ala de cuervo atrapado bajo una ventisca de nieve. Estaba claro, ni siquiera una dama tan elegante como Lulu podía mantenerse del todo limpia y presentable con esas dos cafres cerca.

- Diréis lo que queráis, pero yo no le veo mucho objeto a este entretenimiento - dijo la pequeña de las Rubiá mientras las engreñaba y las regreñaba con un poco menos de énfasis. Una cosa eran los acicalamientos habituales entre hermanas y otra cosa sacudirse las melenas así en público como unas... unas... Y en todo caso, los cabellos de Lulu tenían mejor aspecto antes de la sesión de acicalado

Brynhildr escribió:- ¡No, no, Bryn por Dios! ¡Mi pelo no, la carta! - decía Lulu con urgencia. ¿Y ahora quiere jugar a las cartas? y luego la estrafalaria soy yo, pensaba la Rosenrot sacudiendo las greñas. Las insistentes miradas de Lulu hacia su propia balconada al tiempo que se desternillaba de risa, hicieron que al fin el tercio de neurona de la rubia se pusiera en funcionamiento.

- ¡¡La misiva misteriosa!! - exclamó metiendo la mano en el escote de la dama sin más miramientos. Sacó la carta tomándola entre el índice y el pulgar y la agitó ante Lulu, salpicando con algunas gotillas de vino- No parece muy maltrecha, creo que será perfectamente legible.

Miró a la dama y miró en lontananza, calibrando las posibilidades que tendría de echar a correr con la carta y dar rienda suelta a su vena cotilla. Lo mismo si corría mucho... uff, pero correr... y encima con el estómago medio vacío... y así en otoño... Maldiciendo por lo bajo su maldita vagancia, le tendió la carta a Lu para que pudiera ponerla en un lugar seguro. Estaba visto que lo de ponerla al abrigo de su corazón había resultado arriesgado.

Crimea escribió:Suspiró intentando recordar el momento exacto en que el partido de soule había mutado a sesión de peluquería, pero por más que levantaba su ceja no encontraba sentido a la situación, aunque, por otra parte, los manotazos de la dama Lulu y los regreñamientos automatizados de su nas estaban acabando por gustarle.

- ¿Qué tal si me hacéis una trenza?- Dijo resignada intentando a duras penas darse la vuelta para mirar a las chicas, al tiempo que movía la cabeza tirando a ver si lograba liberar las manos atrapadas entre sus greñas.

En uno de esos tirones la rubia consiguió su objetivo, estar libre de manos regreñadoras, aunque también consiguió trastabillar, resbalar metiendo uno de sus pies en la empanada, perder el equilibrio, agarrarse a las faldas de la dama lulú, y acabar arrastrándola al suelo entre restos de col, escudillas de vino, empanada y arena, mientras su nas las miraba con la carta ya a salvo entre los dedos.

- Oohh, perdonadme... - Le dijo mirándola mientras enrojecía hasta la punta de su último cabello. ¿Qué iba a pensar la dama? Desde luego, lo que no iba a pensar era en volver a la playa con ninguna Rubiá en lo que le quedara de vida. Y quien decía playa, decía campo, bosque, montaña, baile, boda, o cualquier evento conocido o por conocer...

Brynhildr escribió:Estaba a punto de entregar la carta a su legítima dueña, como la personita honrada que muy a su pesar era, cuando la proverbial habilidad de las Rubiá para acabar por el suelo hizo acto de presencia. Hizo acto de presencia, revoleo y medio tirabuzón invertido.

Se quedó de pie, con el brazo estirado; la escena no le resultaba demasiado extraña, aunque jamás hubiera imaginado ver a Lulu como coprotagonista. Sintió una punzada de nostalgia a la altura del duodeno... Echaba de menos a Geneve.
Mientras la Bathory se sacudía la arena, la empanada y el resto de cosas indefinibles de encima, la rubia tiró del brazo de Cri, ayudándola a ponerse en pie.

- Señoritas, ahora que habéis terminado de aliñar la ensalada ¿podremos sentarnos a comer algo? - preguntó fingiendo dignidad mientras estrujaba a su hermana y dirigía una mirada dubitativa al revoltijo de cosas que había sobre la manta, pensando si habría algo salvable.

Entretanto Lulu se dirigía a la orilla sacudiéndose y aún riendo, le susurró a Crimea

- Psché, tenía pensado encargarle el vestido para la boda, pero después de lo de hoy mejor busco una tejedora que no tenga motivos para clavarnos alfileres ¿no?

Crimea escribió:La mirada de la dama Lulu la hizo tener una regresión a su más tierna infancia, encogió el cuerpo, entrecerró los ojillos, y esperó el cachete que a buen seguro le hubiera arreado su madre. Pero por suerte para la Rubiá, ni estaban en Segorbe, ni tenía ocho años, y la mujer que la miraba de aquella forma no era su madre. Así que en vez del sopapo lo que salió de la Bathory fue una retahíla de palabras mezcladas con sonoras carcajadas.

La segorbina levantó tímidamente la vista para encontrar la mano de su nastri, que la ayudó a levantarse del desastre en que se había convertido la manta, dándole un estrujón reconfortante.

Mientras la dama Lulu corría hacia la orilla, la rubia se miraba la ropa tristemente, pensando quién iba a creer que venía de un inocente día de playa.

- Psché, tenía pensado encargarle el vestido para la boda, pero después de lo de hoy mejor busco una tejedora que no tenga motivos para clavarnos alfileres ¿no?

- Lo siento... - Dijo mirando a su adorada, quitándose al tiempo un trozo de empanada del pie, mientras daba saltitos apoyada en su hombro y poniendo la mejor de sus caras de pena. Un minuto, seis segundos, y un trozo de empanada menos después, la Rubiá primigenia miraba con envidia a la morena en la orilla. - ¡Vamos a mojarnos, nas, nas, nas!

Brynhildr escribió:Ni bien había terminado de salir la frase de los labios de la primigenia, la pequeña ya estaba sentada sobre la arena tironeándose de las botas, a las que siguieron las medias. Con un gesto travieso, las lanzó por encima de su cabeza; al fin y al cabo, estaban entre mujeres.

Se puso en pié de un brinco y al grito de - ¡Por Iguuuul! - echó a correr, mientras por lo bajo añadía - ...que estará ahora mismo en Camariñas comiendo carabineros en vez de mendrugos de pan el muy... - .

Cerró los ojos al notar el frescor del agua en los tobillos y la arena cosquilleándole entre los dedos de los pies. No pudo evitar recordar la primera vez que se había bañado en esas aguas y el rubor tiñó sus mejillas ¡cómo le echaba de menos! Tan cerca, pero tan lejos... En cuanto todo terminara, tendría que retomar la costumbre de los secuestros periódicos.

Un metafórico cubo de agua fría, en forma de poco metafórico salpicón de agua fría la sacó de sus románticas ensoñaciones.

- ¡La leche, Cri! - dijo riéndo mientras se sacudía al estilo perrillo. Ahí estaba su nastra, greñas al viento y sonrisa en los labios.

Crimea escribió:"¡Si, si, si!" Pensaba la rubia alegremente mientras veía a su hermana quitarse las botas y las medias, así todo a la vez, con una agilidad felina. Ella se había tirado en la arena y se peleaba con sus medias, que entre la empanada, la emoción, y el hecho de que la rubia estaba más pendiente a lo que hacía su nas que a ella misma, no parecían querer salir.

- ¡Vamos! ¡Por... Aris... tó... teles! - Dijo entrecortadamente dando el último tirón y enarbolando la media como si de un trofeo se tratara para mostrárselo a su hermana. Sólo que ésta, recordando al tito Rubiá gallego, se había lanzado a la carrera hasta la orilla, y poco le importaba que su hermana mayor hubiera ganado la batalla contra su propia ropa. - Gñe... - Balbució, intentando alcanzar a su nas, y levantando, dicho sea de paso, una tormenta de arena digna del Kalahari.

Cuando llegó a la orilla a su hermana se le había puesto cara de pensar-en-el-menso, así que aprovechó y juntó sus dos manitas tratando de coger en ellas todo el agua posible y sin pensarlo dos veces dirigió su líquido botin hasta donde su nas había plantado su garboso cuerpecillo, cuidando, eso si, de no mojar lo más mínimo a la Bathory, que un poco más allá brincaba esquivando las olas. Tampoco era plan de acabar muerta aquel día, a ver cómo le explicaban a Geneve que una col había sido la causante de una escabechina en la playa...

Brynhildr escribió:Un chapoteo la hizo mirar hacia la izquierda, ahí estaba Lulu sentada en la orilla, completamente mojada y con unos zapatos en la mano igual de empapados que ella.
Con el agua casi por las rodillas, vadeó hacia la moza

- Pues si que tenías ganas de bañarte, pero así con ropa y todo... - dijo sorprendida.

La mirada de Lu, entre cabreada, impotente, divertida y resignada, le hizo pensar que igual no estaba sentada ahí por voluntad propia del todo.

Le tendió la mano, con un poco de miedo por su integridad física.

- Con toda esa tela mojada, pareces un mascarón de proa, así a lo Victoria de Samotracia - dijo intentando aparentar seriedad. Se alegraba de haberse quitado la hopalanda antes de dedicarse a patear la verdura rodante, confiaba en que siguiera a salvo entre el revoltillo del improvisado campamento para que al menos Lulu no tuviera que quedarse en interiores, que seguramente estarían igual de mojados que el exterior.

- Criiii ¡ayuda! - gritó mientras tiraba de la dama e intentaba al mismo tiempo retener la risa, más por miedo a un sopapo que por otra cosa.

El día que nacimos qué planeta reinaría, que por donde quiera que vamos, mala estrella nos guía, pensaba la rubia recordando otras excursiones que habían intentado hacer y que habían terminado con las rubias enharinadas, o siendo atracadas por un interfecto de pies sucios, o colgando de una cuerda, o recibiendo cubazos de vecinas con poco sentido del humor.

Crimea escribió:Hubiera jurado que esta vez no había hecho nada, se miró las manos de todas formas, los pies, miró alrededor y constató que ella no había tenido nada que ver en el chapuzón de la Bathory. Al menos no que ella supiera.

Con miedo, mucho miedo, requerida por su valiente hermana, que se había acercado sin dudar a la dama, caminó dos pasitos hacia el lugar de los hechos. Paró, volvió a mirar que no hubiera objetos punzantes alrededor y caminó un poco más, hasta llegar a la altura de su nastri, que alargaba el brazo a Lulu.

- ¿Has sido tú? - Le dijo por lo bajini a su adorada, imitándola y tendiendo el brazo a la Bathory - Lo digo por pedir asilo político en Italia...

Brynhildr escribió:- Pa mi idea que esta vez fue ella solita, nas, creo que le está cogiendo el gusto al Rubiá way of life - murmuró a modo de respuesta. Aunque lo de emigrar a Italia tampoco sonaba tan mal...

Tras ponerse en pie, sacudirse, suspirar, volver a sacudirse y tratar de abrazarse, la morena comenzó una especie de extraña danza dando pequeños saltitos y sacudiendo los brazos hasta que finalmente echó a correr como una poseída.

- Psst - dijo dándole un codazo a Cri - que me da que Lulu parece normal pero en el fondo está como una maraca. Lo de restregarse en comida, bañarse con la ropa puesta y luego ponerse a bailar... - hizo círculos con el índice a la altura de la sien mientras silbaba - espero que no sea contagioso.

Emprendió un trotecillo hacia el "campamento", donde una manta temblona de la que asomaba una carita enrojecida las estaba esperando ya.

- Anda, trae p'acá - dijo agarrando los extremos de la manta con una de las manos mientras con la otra le lanzaba su hopalanda por el orificio por el que asomaba la morena cabeza - que con esos malabares vas a terminar por darle un espectáculo a los pescadores furibundos que habitan estas playas.

Entretanto, miraba hacia el carromato de Gaby pensando si habría quedado dentro alguna manta.

Un rugido proveniente de su estómago le recordó que no había alimentado al jabalí interior ese día y duras penas el anterior.

- ¡Tengo hambre! - dijo con vocecilla lastimera - en cuanto todo esto termine... A Aristóteles pongo por testigo - exclamó levantando el puño - ops, perdón, la manta... nah no se ha visto nada ¿por dónde iba? ah si ¡a Aristóteles pongo por testigo que jamás volveré a pasar hambre!

Crimea escribió:La rubia asentía a las palabras de su adorada mientras miraba sus pies bajo el agua. Comenzó a mover los deditos enterrándolos y desenterrándolos en la arena, y cuando quiso darse cuenta su hermana había comenzado a trotar hacia la manta temblona.

La segorbina comenzó a andar despacito mientras daba pequeñas pataditas en el agua y canturreaba.

- ¡Vive eeen... una... unaaaa... col debajooo del mar! - Llegó dando saltitos hasta el "campamento playero", a tiempo para agarrar un piquito de la manta donde la dama Bathory intentaba cambiarse y escuchar el juramento de su hermana, puño en alto.

Con cara compungida miró, primero a su nas y después (poco, así de reojo, por eso del decoro, la correción, la urbanidad y tal) por encima de la manta a Lulu.

- Yo también tengo hambre... así un poco... - Dijo mordiéndose el labio inferior y maldiciendo el momento en que había pisoteado la empanada. - Hoy también a pan y agua... - Murmuró, pensando en la cantidad de comida que había salido de casa de Gabi, y que ahora estaba en la ropa de la Bathory, y en su pelo, por no hablar de las medias de la Rubiá primigenia, o sobre la arena, o debajo de ella, si hasta iba a echar de menos los trozos de col que habían quedado en la cabeza del viejo pescador... ¿sería mala idea ir a tratar de recuperarlos?.

Philipp escribió:Philipp despues de tener un día de visitas, piensa que es una buena idea ir a la playa, se arregla de forma adecuada y sale de excurción a la playa donde se encuentra con caras conocidas, de un caballero y unas bellas señoritas.

Philipp se acerca para saludarles, y hacer un poco de platica.
Después piensa que echarse un chapuzón sobre las olas del mar no sería una mala idea...

Crimea escribió:La manta temblona no cesaba de parlotear, algo sobre una carta, la arena y luego decidió hacer una tesis sobre hopalandas... la rubia miraba el saquito que había volado sobre la manta y aterrizado en la arena. Por el sonido y el volumen podía incluso calcular cuántas empanadas podrían comprarse, y eso que no se le daban bien los números, pero lo que era el cambio escudos-empanadas... ahí no había quien le ganase.

Con el pie intentaba a duras penas alcanzar el saquito, a ver si iba a venir un viento e iba a quedar enterrado en la arena, o cualquier ladronzuelo, aprovechando el momento sujeción de manta... no había que fiarse ni de la sombra de una. Sacó la lengua, como si eso hubiera de ayudarla a que se le alargara la pierna, cuando notó que su hermana la miraba, y le hacía gestos con la cabeza, señalando justo detrás de ella.

- ¡Anda mirad, es el joven Phillipp!- Escuchó decir a la dama Lulu. Cri vio entonces llegar al castellonense, lo saludó emitiendo una especie de gruñido mientras inclinaba la cabeza y hacia un extraño amago de reverencia, se hizo un lío tremendo mientras intentaba sostener en alto la manta y seguía intentando alcanzar el saquito de la Bathory, sólo le faltaba el tutú.

Hizo un desesperado intento por mantener la verticalidad (antes perdería la cabeza que volver a caerse encima de la Bathory, y la hubiera perdido, seguramente, si eso hubiera pasado), se recompuso, cogió aire y saludó, ahora si, con palabras comprensibles, a Phil.

- Buenas tardes... ¿disfrutando de un paseo? - Subió la manta tanto como le daban de sí sus brazos y sonrió al joven como si allí no pasara nada.

Brynhildr escribió:Mientras agarraba la manta, asentía a las palabras de la Bathory con gesto pensativo; bueno, la cara que se le ponía cuando intentaba concentrarse, así con la lengüecita entre los labios y el ceño medio fruncido. La idea emprender camino de nuevo hasta el mercado le daba una pereza terrible, así que se devanaba su poco seso tratando de recordar si había alguna taberna cercana donde pudieran encargar algo de comida.

- En realidad creo que te la he pasado con el cinturón puesto - dijo recordando como se había sacado la hopalanda por la cabeza sin molestarse en desvestirse como una persona normal - si logras desenredarlo podrás ponértela del modo normal, como una batita y ceñirla de nuevo con él.


- ...¡Anda mirad, es el joven Phillipp!

La rubia giró la cabeza haciéndole un gesto de saludo al muchacho con la manita en la que aún aferraba la manta.

Philipp escribió:El joven Philipp al llegar a la playa saluda a las señoritas, un gusto verles, perdonen si he molestado, pasaba por la playa a dar una excursión, os he encontrado por casualidad El joven Philipp observa a las señoritas que estan ocupadas con la dama lulu.

A continuación, dice:
No os preocupeís que no he visto nada, soy un caballero señoritas, mientrás se prepara para darse un buen chapuzón...

Brynhildr escribió:Entretenida estaba en saludar al muchacho, venga a sacudir la manita, cuando se dio cuenta de que el pudor de la Bathory estaba pendiendo de esa mano precisamente.

- No os preocupeís que no he visto nada, soy un caballero señoritas

Tosió, volviendo a subir la manta confiando en que Lulu no se hubiera percatado de nada al estar distraída con el mecanismo hopalandil. Optó por hacerse la rubia por enésima vez

- El agua está deliciosa, Phil, ya ves que la propia Lulu no pudo resistirse - mirando hacia su hermana, añadió en voz baja - estoy por hacer una maniobra evasiva y aprovisionadora hacia el Último Suspiro... sería irónico morir a manos de una catalana antes de llegar a morir a manos menestrales.

Philipp escribió: El joven Philipp se percato primero antes de darse un chapuzon de que el agua estaba magnifica, y le dice a su amiga bry que tiene la razón en sus palabras, sin embargo piensa que sería bueno compartir una buena comida, se acerca junto a las señoritas para preguntarles que desearían para comer, pues aún desconoce sus gustos....

Philipp se queda a la espera de sus respuestas...

Brynhildr escribió:La rubia quedó pensativa un momento mientras veía a Phil dirigirse a la orilla... Lo mismo encuentra a Josedre y todo, aunque a estas alturas ya debe de haber llegado a Plymouth. Plymouth...fritura de pescado ¡pescado!

- ¡Tate! - exclamó palmeándose la frente con la mano libre - Haced una pequeña fogata, que en un momento regreso con algo que asar.

Le tendió la manta a su hermana, que la miraba con su adorable e inverosímil arqueo cejil y tras rebuscar algo en el petate, echó a correr como el que sabe hacia donde se dirige.

Esperaba que el pescador huraño aún estuviera ahí y tuviera a bien venderle algo de pescado en lugar de abofetearla con él. Su jabalí interior gorjeaba de placer (bueno, o lo que hagan los jabalíes interiores) al pensar en unas sardinas à l'ast. Particularmente habría preferido unos chuletones a la remanguillé, pero no estaba la cosa para ponerse exquisitas. Echaba de menos a Fridah, si no fuera porque a pesar de todo la situación era fastidiada, le escribiría para pedirle que viniera con un cargamento de strudels. Aunque por otra parte... a ver quien es el soldado que se le pone en frente a Fridah cuando se le pone algo en la punta del bastón.

--Chanquete escribió:
Tras el incidente con la herbácea brasicácea y unos cuantos juramentos, consiguió concentrarse de nuevo en su amado mar. Ahí estaba el buen hombre, feliz, soñando con los hermosos cantos de las sirenas cuando vio una especie de torbellino de arena que parecía aproximarse a él.

- Por todos los djinnis - dijo soltando la caña con gesto más de fastidio que de sorpresa - ¿y ahora qué?

Frente a él estaba de nuevo la joven cafre, colorada y jadeante. Instintivamente, se cubrió la cabeza con las manos.

Brynhildr escribió:La primera reacción del viejo fue ponerse a cubierto...bueno, al menos no había huído ni le había lanzado nada a la cabeza.

- ¿Qué tal va esa pesca, buen hombre, pican? - dijo tratando de ser amigable.

El ceño del pescador amenazaba con unírsele con el frondoso bigote y la espesa barba, formando una increíble mueca de desagrado hecha con pelos. Vale, igual lo de tratar de resultar amistosa no se le daba muy bien...

- Me preguntaba si tendría usted la infinita amabilidad de venderme algunas de sus capturas... - dijo con carita cándida, a ver si el peloteo le daba mejor resultado.

El tipo la miró, posiblemente preguntándose si la bestiaja pretendía luego lanzarle los peces o alguna perversión alimentística similar.

La rubia se sacó la bolsita del entreteto y hurgó en ella, tendiéndole a continuación unos cuantos escudos con cara de "no voy armada, no hay coles ni objetos susceptibles de convertirse en arma arrojadiza cerca".

Al hombre se le iluminaron los ojillos al ver las monedas y se inclinó sobre su cesto.

- Unas lubinas estarían bien, o un buen rape... - la frase murió en sus labios al encontrar la mirada del barbudo en plan "a ver si te crees que esto es el mediecorte inglés, guapa" - bueno, o lo que tenga por ahí.

- ¡Merluza! - Farfulló el hombre sin dejar muy claro si se referia a su interlocutora o a sus capturas. Le tendió la cesta, después de haberse apartado los dos peces más gordezuelos el muy bribón y con un gesto rápido, agarró las monedas.

A puntito estaba la rubia de darle las gracias, cuando el hombre le gritó - Fús, fús ¡fúte! so loca- mientras agitaba la mano como el que ahuyenta gatos.

La leche, que rencoroso el viejo, pensaba la greñuda mientras se dirigía de nuevo hacia el improvisado campamento canturreando mientras balanceaba la canasta.

Philipp escribió:Philipp solto unas risitas ante el comentario de la bella lulu, mientras le miraba dulcemente y al mismo tiempo picaramente, asintio con la cabeza y dijo:

Muy bien hermosa, ire a buscar esas dichosas verduritas para comer junto a vosotras, se alejo rapidamente y al llegar al mercado compro las verduras, escogio las mejores y las que más exquisites le parecian y salio disparado hacia la playa deseando no llegar tarde para poder comer junto aquellas bellas damas.

Cuando llego a la playa le dijo a la dama Lulu:
Aqui teneís las verduritas, se ven estupendas, como tú, le decia, con guiño incluido, mientras se quedaba conversando con la dama a la espera de su amiga bry, para preparlo todo y poder comer todos juntos...

Philipp escribió:philipp se queda pensativo, "pero que se a creido pensaba" cuando ve que la dama lulu le pide que le tenga la holapanda mojada hasta que este completamente seca, y le dice lo siento señorita pero no soy tendedero, lo pondré en este sitio " lo puso encima de una roca" [color=black]aquí seguro se secará. "pero si quieres cuando se seque te la puedo ayudar a poner...

Mientras veía a la señorita que salia a lavar las verduras, y ponia una carita de querer estar jugandole una broma, se acostaba sobre una especie de tela sobre la arena a tomar el sol.

--Jinete escribió:Se dirigió hacia la playa de El Serradal como le habían indicado, tenía un mensaje que comunicar con máxima brevedad.

Tras preguntar a un par de personas, se dirigió a un pequeño pero bullicioso grupo

- ¿Doña Crimea de la Vega y Doña Brun Bryñnur? suspiró y carraspeó - ¿Las hermanas Rubiá, por favor?

Las susodichas se acercaron a él tomadas por las manos y con gesto adusto. Una de ellas con un par de pescados en la mano. Les entregó una misiva y espero a que la leyeran, tal cual le habían ordenado.

Lo que no se esperaba el buen hombre es que tras la lectura, una de las señoritas casi le arrojara una bolsa a la cabeza mientras otra lanzaba los pescados por el aire en dirección a una dama de negra cabellera que estaba en el grupo, mientras ambas le hablaban al mismo tiempo y a una velocidad pasmosa.

Creyó comprender algo sobre "necesitamos su caballo... molestias...disculpe... devolveremos" y casi sin darse cuenta, se vio con ambos pies en el suelo y una bolsa con dinero en las manos mientras las dos mujeres se alejaban a galope tendido.

- Vaya, no debían de ser muy buenas noticias murmuró el mensajero mientras se tocaba el sombrero y saludaba a la pareja que quedaba en la playa Disfruten del día.

La identidad del emisario del mensaje le hacía confiar en que recuperaría su caballo, así que se dirigió silbando hacia alguna de las tabernas del puerto con las monedas quemándole en el bolsillo.

Philipp escribió:Philipp le extraño que se mostrará tan calida ante sus palabras, tomó su dulce mano, y le dijo, con mucho gusto te ayudo , luego penso al verle " De dondé habrá salido esa hermosa sirena y con ese vestido que le hace ver tan hermosa, pensaba" Mientras tanto ayudo aquella bella dama a lavar los pescados, mientras en algún momento le miraba para perderse en esas bellas curvas, ¿Será que algún día serán mías esas curvas?, el joven se acercaba y le decia:
"Aqui tienes los pescados ya lavados y listos para cocinar bella hermosura"

Philipp escribió:Mientras la hermosa dama Lulu cocinaba esos deliciosos pescados junto con las verduras, Philipp no dejaba de observarle pues, notaba en ella una belleza inalcanzable, ese vestido le hacia ver mas esbelta, sutíl, delicada y supremamente sexy ante sus ojos, y solo deseaba que sus delirios no lo descubrierán, pues estaba seguro que entre más dificíl quisiera mostrarse, el más encantado seguía de ella.

Philipp escribió:Philipp absuelto en sus pensamientos mientras comía, sentía por momentos que era observado por la bella dama que le acompañaba, y le pregunto:

¿ Te gusta lo que vés?, ¿Porqué estás ruborizada?, parece que al estar junto a mí, te hace poner nerviosa, le decia, pero tranquila, me gusta tú compañia, sentirte cerca de mí, me gusta saber que no te soy indiferente, de alguna forma mi intuición me dice que te gusto, aunque no me lo digas, esas miradas, son mucho más, que simples miradas, puedo pensar que existen guerras internas, para no aceptar lo que es evidente, y tu lo sabes, bella dama.

Saboreaba la comida con exquisites, cada cucharada que se metía a la boca, era como sentír una exploción de un delicioso sabor, que no sabía describir, su cuenco estaba casí vacío, y miraba a esa mujer divina que le hacía compañia, para decirle:

Sabes, debo decirte que está es la mejor comida que haya probado, eres una excelente cocinera, le hace una sonrisa, una mirada complice, y le hace un guiño...

Hermosa esta comida es deliciosa, porque está hecha con tus dulces y delicadas manos, te doy las gracias por esté momento, se acerca y le quita el cuenco de sus manos, para acariciarle sus suaves manos, pero me pregunto:

¿Cúal será el postre?, bella dama, mientras esperaba respuesta, observandole volviendose a perder en ella, sin ningún remedio.